Tuesday, May 31

estadística


Estoy seguro de que todos lo hemos pensado más de una vez: ¿Quién demonios hace los estudios estadísticos en este país? ¿De qué sirven sus carreras? ¿Nadie se lee sus conclusiones antes de avergonzarlos haciéndolas públicas?

Evidentemente la estadística es una ciencia inexacta que, aunque ha evolucionado mucho, se ha quedado un par de escalones por debajo de la precisión en el diagnóstico de un meteorólogo e incluso, a veces, de un predictor del futuro a base de la lectura de tripas animales.

Recientemente he leído en el periódico dos estudios que me han hecho pensar:
a) que los españoles somos unos cachondos mentales;
b) que los que realizan los estudios estadísticos son unos cachondos mentales;
c) que el director del periódico es un cachondo mental.

Y es que, ¿qué credibilidad le puede dar uno a una encuesta que dice que 8 de cada 10 españoles están contentos con su trabajo-sueldo? ¿Cuál ha sido el universo de la encuesta? ¿Los ministerios? ¿Los equipos de fútbol de Primera? ¿Los fotógrafos del Interviú? Porque lo que está claro es que no han preguntado al que limpia las cabinas de los sex-shops, ni al que hace los tests de los termómetros anales.

La cosa se pone seria cuando se lee que los españoles nos gastamos diariamente 3,5 euros en comer, y uno, que es muy solidario, se siente fatal porque al comer un menú de 9 euros está dejando sin pan a 1,57 personas para todo el día. ¿De qué se alimentan los encuestados? ¿Dónde roban la comida? ¿A cuánto está el cambio euro/kilo de tomate en su mercado?

Ya estoy deseando ver cuál es la próxima revelación que pueda cambiar el destino de la sociedad: 9 de cada 10 españoles ignoran que Constantino Romero es el padre de Luke Skywalker. 3 de cada 4 españoles desearían que Bush fuese el próximo presidente del gobierno de España...

¡Ese gracejo español que nunca muere! Cuántas horas de risa le quedan por regalarnos.

Monday, May 30

la despedida

Tengo un chichón en todo el medio de la frente y no sé cómo demonios me lo he hecho. Solo sé que ayer me levanté a las 4 y media de la tarde y que fui incapaz de asimilar nada líquido ni sólido hasta las 12 de la noche, cuando pude tomarme mi primer vaso de agua sin que despertase la actividad del Etna.

El caso es que el sábado tenía una despedida de soltero de un amigo, y la cosa empezó con un “Would, te he comprado esta botella de Bacardi para ti, solo para ti”, y yo me tomé como misión acabármela. Mal.

Fuimos a celebrarlo a un chalet que tiene este amigo en la sierra y allí estuvimos bailando la conga al ritmo de unos gaiteros enrollados, dando patadas de Bisbal con el cantaor flamenco que contratamos para la ocasión, aderezando las cervezas y vinos con el pulpito, empanada, y mejillones en la sección gallega, y con el cazón, boquerones fritos, gazpacho y tortilla en la sección andaluza. Aquello resultó todo inmejorable.

Luego empezó la música enlatada, las copas a discreción y los bailes sin sentido. Y sin sentido acabé yo la fiesta. Tengo una laguna mental del tamaño del lago Superior y que va desde las 3, supongo, hasta la hora en que llegué a mi casa. Me siento como si hubiese sido abducido, lobotomizado, diseccionado y devuelto a la Tierra dentro de una gallina.

Una y no más, lo juro. Esto no me vuelve a pasar.

Wednesday, May 25

trampas

En la fiesta country de Milio al final no había ni bourbon, así que se puede uno imaginar lo que de country tenía aquello: 8 CDs de vaqueros y rubias pechugonas para toda la noche. Menos mal que una vez entrompado le dimos el cambiazo, le pusimos Garbage y ni se enteró. Como si le hubiesen puesto el God Save The Queen detrás del Así me gusta a mí de Chimo Bayo. Él a su ron.

Llegó la 01:30 de la mañana y para matar el rato antes de salir a tomar más copas, decidimos echar un mentiroso con los dados, y de esa partida he aprendido que para la próxima se pondrán las siguientes reglas antes de empezar:

1. El juego se explica una sola vez. Si pierdes, pagas prenda o bebes chupito de ginebra, pero no dices que es nulo y pides que te lo vuelvan a explicar, bajo pena de ser collejeado por inútil.

2. Una vez que se plantea jugar, no se permite ir a coger las bufandas, los guantes y el sombrero si no es para irte a casa como un gallina o hacer una imitación de Paco Clavel.

3. Si tu novia quiere jugar, lo tiene que hacer con las mismas reglas que el resto. Da igual que ella sea rusa y no se entere de la mitad. Y por su puesto, queda terminantemente prohibido jugar en parejas ellajuegayyomedesnudo.

4. Los pendientes y los anillos no son prendas. Tú no sales a la calle solamente vestida con ellos, ¿a que no? Pues eso.

5. Está totalmente permitido, y no sólo eso, sino que está aconsejado, cebarse con el más débil ya sea en versión “Y yo que he venido hoy solo con la camiseta y el bañador”, o “Llevo una castaña que estoy por irme a la cama con los angelitos negros de Machín”.

6. Y última, por ahora, el juego NO termina cuando tu novia se ha quitado el cinturón, los zapatos y los calcetines. Habiendo ginebra para beber no hay excusa que valga.

Tuesday, May 24

involucionados

Después de comer con unos amigos (dos parejas de casados y un soltero) en el pueblo conejero donde viven dos de ellos, volví a Madrid con el sabor de un genial licor gallego de guindas aún en la boca.

Eran ya las 19:30, y aunque habíamos quedado en casa de Milio a partir de las 21:00 para celebrar su cumpleaños, decidí ir directamente y no pasar por casa porque me habría quedado dormido sin remedio hasta las 23:00 y luego no me habría sacado de casa ni la Jolie llamando al telefonillo. Bueno, ella tal vez sí.

Me adelanté tanto en llegar que ni siquiera él estaba en su casa. Descartando liarme a chinazos con las ventanas porque me había dejado el móvil en el coche, me quedé apoyado en la pared del portal pensando otra alternativa con la que entretenerme hasta que le vi aparecer cargado de bolsas con comida. Tras subirlas a su casa y darnos un abrazo, bajamos a comprar la bebida.

“Oye, Milio, ¿cuántos vamos a ser al final?”
“No sé, se lo iba a decir a mis amigos de la facultad, pero unos acaban de ser padres, y otra está embarazada…”
“¡Joder! Qué evolucionados están, ¿no?”
“No, Would, somos nosotros los que estamos involucionados”.
“¡Qué dices! No te irás a creer eso del complejo de Peter Pan, ¿verdad? Eso sí que no”….
“Por cierto, Milio ¿no ibas a enviar esta semana la hoja de Excel con la clasificación del último campeonato de PlayStation que jugamos?”
“No pude, tío, estuve liado preparando lo de la fiesta country de hoy. Te habrás traído sombrero, ¿no?”

Sunday, May 22

mudanzas

Sebas tuvo más éxito pidiéndonos que le echásemos una mano con las cajas de la mudanza que con la petición de que le echásemos una mano con la pintura del piso, a pesar de que yo, que soy todo voluntad, me había ofrecido a ponerme perdido de pintura del color que él ordenase a cambio de dos cañas.

Al final, como no pudimos formar cuadrilla, Kingpin le consiguió que los obreros rumanos que le están haciendo la obra de la oficina, le fuesen a pintar el piso en el día de la principal fiesta religiosa rumana, zanjando cualquier excusa de el que mejor habla español entre ellos con un “Pero si tú no vienes, vas a misa,…. Y que yo lo vea”.

Luego resultó que los tíos ya habían pintado más veces y que eran unas máquinas con los rodillos. Lo terminaron todo enseguida y con bastante éxito, y ya estamos en la fase de movimiento de cajas.

Este sábado me tocó a mí. Fui a buscarle por la mañana y cuando estábamos bajando la tercera caja de casa de sus padres, nos encontramos un vecino con ganas de contarnos lo soleado que se había levantado el sábado, lo rápido que había crecido mi amigo y lo a gusto que se iba a quedar su madre. Como si la caja llena de Fotogramas no pesase los 30 kilos que debía pesar.

Al segundo gemido, el vecino se dio por enterado y nos dejó seguir, no sin antes darme una palmadota en la espalda llena de ánimos y de mala leche.

Llegamos a su nueva casa, un tercero sin ascensor, sacamos la caja que menos pesaba, que era la de CDs, y colocamos encima un par de bolsas. Cuando llevamos la mitad de la primera escalera empiezo a desestabilizarme del ataque que me entra al ver que dentro de una de las bolsas hay un albornoz del Real Madrid.

Entre los retorcimientos por la risa, aquello empieza a deslizarse y Sebas le tiene que tirar una dentellada al albornoz para que no caiga, sujetándolo entre los dientes sin perder la sonrisa ni dejar de emitir ruiditos con la garganta.

Yo con semejante cuadro no puedo más y termino cayendo de rodillas en la escalera mientras me troncho de la risa. Esto termina por desestabilizar las bolsas que habíamos puesto encima de la caja y de una de ellas cae un bote de pelotas de tenis, que al golpear el suelo se abre y las pelotas salen y comienzan a rodar botando en todos los escalones hasta que chocan con la puerta de entrada al portal.

Muerto de curiosidad y sentado en un escalón mientras me recupero, abro otra bolsa que ha caído para ver qué contiene, y lo que veo termina por dejarme boquiabierto. Saco una caja pequeña que encuentro dentro y pregunto sabiendo ya la respuesta: “¿Y esto, se puede saber qué es?”

“Me los tenía que traer Would, me los tenía que traer”, dice Sebas serio mientras me coge la caja de las manos y vuelve a guardar los juegos del Spectrum en su bolsa.

Wednesday, May 18

WEARYELLOW:LIVESTRONG


Somos todos tan iguales en nuestro deseo de diferenciarnos, que no deja de asombrarme el éxito que tienen las pulseritas de goma amarilla que Lance Armstrong lanzó para ayudar económicamente y popularizar su fundación de lucha contra el cáncer.

El objetivo con el que las pulseras fueron creadas es noble, sin embargo, el significado que yo veo en su masiva implantación es algo travestido, algo que no identifica a una persona solidaria sino a una pretenciosamente cool e hipersensible a las modas, orgullosa de llevar el mantra LIVESTRONG grabado en su pulsera amarilla y que le hace sentirse líder de algo.

Yo no había visto una cosa igual en las muñecas de la gente desde que se pusieron de moda aquellas que tenían dos bolitas y que liberaban energía durante un tiempo, consiguiendo un efecto revitalizante y persuasor de malos rollos, y que triunfaron especialmente entre la gente de mayor edad.

Porque siendo sinceros, esa pulsera no es bonita, es aparatosa y llama demasiado la atención. Es como si sacasen una cinta para el pelo, del tipo de las que llevaba Bjorn Borg en sus partidos de tenis, pero hecha con látex naranja fosforito para apoyar una fundación contra el SIDA. Y que de repente te encontrases a la amiga de tu madre, cargada con las bolsas de la compra, con una cinta de esas en la cabeza y diciéndote: "Es por una buena causa cariño, tú también deberías llevar una. De hecho, creo que te voy a regalar una".

La verdad es que me hace gracia ver a tanta gente uniformada. Sobre todo cuando me los imagino muriéndose de vergüenza al entrar en una discoteca o ir a una boda y encontrarse a alguien vestido igual que ellos. "Te lo juro Borja/Mari, la sastredependienta me dijo que era un diseño exclusivo". ¡Ya! ...Porque también es innegable que la pulserita de marras se ha convertido en un icono pijo.

El éxito alcanzado con las ventas les ha sorprendido tanto a los fabricantes, que se han visto desbordados en la demanda y en las posibilidades de evitar que saliesen imitaciones. Así que hay un montón de gente forrándose con las pulseritas, vendiéndolas 30 veces más caras de su precio original y de las que ni un céntimo va destinado a causas más loables que la especulación con chalés de Marbella o el incremento en las ventas de los vehículos de lujo e importación.

Desmitificadas las pulseras, y sobre todo a aquellos que se gastan 10 euros y luego te dicen que es para destinar 1 a la fundación contra el cáncer, dejo aquí un par de enlaces donde se pueden comprar cajas de 10, 100 y 1200 pulseras, siempre al precio de 1$ la unidad, e incluso ver un vídeo de la creación artesanal de la primera pulsera. Un rollo un poco El Anillo Único, ya sabéis.

Ah, y si a alguien le sabe a poco, que se compre también la roja que apoya a la candidatura olímpica de Madrid para 2012.

Tuesday, May 17

Fiesta Nacional


Toro de lidia en montanera

Todo el fin de semana pasándolo bien, hartándome de anisakis en vinagre, colesterol achistorrado y quemándome lo justo al sol con unos amigos, para salir luego con otros por la noche y terminar haciendo ejercicios de mantenimiento con Berlín.

Lo normal fue que llegase el domingo por la noche y estuviese agotado. Lo normal fue también que cuando llegué a casa, cayese redondo en el sofá con un brazo colgando, y no despertase hasta que mi madre me arrastró de un tobillo hasta la cama.

Toriles y salto al ruedo

Llegó el lunes por la mañana y me levanté aturdido de puro sueño. Otra vez más que no fui a clase de inglés y ya van… Salí a la calle tarde, como en los últimos 90 lunes, y ya la luz me obligó a cerrar los ojos. Menos mal que en mi ciudad, los semáforos cantan.

Cuando pude abrirlos un poco, corrí por la calle hacia el Metro en busca de tranquilidad y asiento, pero cuando llegué a la estación casi me choco con la chapa de una escalera mecánica que no funcionaba y que un operario había levantado parapetándose detrás. El hombre de detrás de la barrera, que se había asustado con mi casi-tropezón-casi-derrape, se lió a hacerme aspavientos para que estuviese más atento.

Faena con el capote

Cuando llegué a la oficina un poco apurado porque sigo sin conseguir llegar a mi hora, Mab me enseñó unos papeles y me dijo que aunque inicialmente se iba a encargar él, resulta que al final iba a ser que no y me los puso encima de la mesa. Media verónica y cambio de tercio.

Banderillas

Cogí los papeles murmurando algo de la madre de Paneque y cada 15 minutos sentía punzadas en la espalda porque Mab, que se sienta justo detrás de mi, no paraba de preguntarme cuánto me faltaba para terminar, que si me iba a llevar mucho, y que si no podía terminarlo antes de comer.

Rejón

En un momento de relax, llamé a B.Elliot y nos fuimos a tomar café. Allí estaba una chica de la oficina que visitó China la semana pasada y que había traído unos frutos secos mitad dátil, mitad pasa, que nadie se atrevía a comer porque tienen un aspecto mitad cagada de oveja, mitad cagada de perro.

Haciendo de tripas corazón, cogí uno, lo desenvolví en menos de 15 minutos de su hoja, me guardé el papelito con mensaje chino por si tenía que ir al hospital, y me lo comí tratando de disimular el asco que me daba hacerlo, aunque sin mucho éxito porque todos se dieron cuenta de que de tanto fruncir el ceño, me desapareció el entrecejo.

No me sentó muy bien, porque me quitó las ganas de comer nada hasta la hora de la cena. Un auténtico rejón a mis tripas.

Faena con muleta y entrada a matar

Todo eso parece que quedó pendiente para hoy, y aunque las cosas pintan mejor por aquí, por favor, si se termina la faena, que a nadie se le ocurra sacar pañuelos pidiendo al presidente mis trofeos. ¡Y por lo que más queráis!, guardadlos inmediatamente si se concede las segunda oreja.

* Homenaje a San Isidro y sus fiestas.

Friday, May 13

Pesadilla

Viernes 13. Me levanto y me ducho como todos los días, ¿por qué no iba a hacerlo si es uno como otro cualquiera?

Hoy he madrugado porque tengo que salir de viaje.

Como creo que ya tengo suficiente práctica en hacer la maleta para un par de días, lo he dejado para esta mañana, pero ahora no me acuerdo de la combinación que la abre y acabo yéndome con el portátil y el pijama metidos en la mochila roja de Bola de Dragón, que no entiendo muy bien por qué, pero no termina de verse bien sobre la chaqueta del traje.

El taxi está esperándome en la puerta, como siempre con el taxímetro marcando ya 3,50 euros. Y como siempre, pienso que será la próxima vez la que le preguntaré por qué hacen eso.

El taxista me lleva corriendo al aeropuerto y además no me obliga a charlar con él. Y es que hoy no va a ser un mal día al fin y al cabo: salvo que se ha saltado tres semáforos en rojo, todos peatonales según la versión oficial, y que va escuchando Radio Marca, todo correcto.

Después de facturar la mochila en el aeropuerto para que nadie piense que soy un aberrado o que se la he robado a un niño que iba al cole, me siento en la cafetería a desayunar para hacer tiempo. Mientras apuro el zumo del desayuno, que está lleno de pulpa y no me gusta mucho, veo pasar a la tripulación: dos azafatas muy delgadas y muy guapas, y un piloto bastante bien parecido. Les sientan bien los nuevos uniformes de Iberia.

Embarco en el avión y tomo asiento en la fila 5, pasillo. Como siempre, intento dormirme inmediatamente, pero la música de salsa pseudo-jazz que tienen puesta me descoloca tanto que me resulta imposible, así que abro los ojos y veo con una sonrisa cómo la azafata hincha el salvavidas. Ya me sé este teatrillo de memoria así que busco algo para leer.

Recuerdo que, al entrar, la azafata me ha dicho que solo les quedaban el Expansión y el Cinco Días, así que termino leyéndome la revista Ronda.

Quitan la música y suena en los altavoces:

“Buenos días, les habla el comandante. Mi nombre es John John Kennedy . La duración aproximada del vuelo es de hora y media, aunque saldremos con algo de retraso porque estaban haciendo una revisión a la nave. El tiempo se prevé despejado y sin turbulencias.”.

Cuando termina su speech, pienso que ese nombre me suena, pero ¿de qué?

Por fin consigo dormir. Entro en fase REM y mis ojos se mueven a toda prisa y es entonces cuando me acuerdo. Clavo las uñas en los brazos del asiento y clavo aún más las rodillas en el asiento de delante.

Cierro los ojos y rezo lo que recuerdo. Termino enseguida, abro un ojo y no ha pasado nada, pero los cierro otra vez y vuelvo a empezar, por si acaso. El avión está en el aire y es lo único que puedo hacer.... tarde.

- “¡¡BRACE, BRACE, BRACE!!” Grita una azafata en el pasillo con la campanilla rozándoles los dientes.
- “¿Pero qué cojo-?”
- “¡¡BRACE, BRACE, BRACE!!” Me grita ahora en la oreja la misma azafata, que ya no es guapa porque tiene los ojos inyectados en sangre y la vena del cuello a punto de reventarle.

Asustado, echo un vistazo y veo que el resto del pasaje se ha puesto en posición fetal, igualito que haría Dustin Hoffman si Tom Cruise le hubiese obligado a subir a este avión.

Trato de imitarles, pero apenas puedo moverme. Al tercer intento de tirarme hacia delante, me doy un cabezazo con el respaldo de delante...

¿El respaldo de delante? ¿Qué respaldo? Me levanto aturdido del suelo de mi habitación, me sacudo mi pijama de rayas y vuelvo a meterme en la cama acordándome de Kareen Abdul Jabbar en Aterriza Como Puedas.

Hoy es viernes 13 y el día no ha empezado bien. No encendáis los ordenadores, que hay un virus muy malo con muy mala leche.

Thursday, May 12

déjà vu



Está visto que el intercambio de mails de ayer entre Kurt, Dwalks y yo fue bastante delirante. Además, salió tangencialmente en un tema sobre el que venía pensando desde el domingo: los recuerdos.

La sensación de un déjà vu, algo así como "ya visto" pero en francés que no sé por qué parece más pijo si suena como si tuvieses un palo en la boca, es una experiencia bastante desconcertante. Algo así como escuchar a la Ministra de Cultura decir algo inteligente, o ver un Bardem estrechándole la mano a alguien del PP.

No es que me ocurra con frecuencia, pero cuando los he tenido, nunca he sabido de dónde venían esos recuerdos de haber vivido exactamente lo mismo que estaba sucediendo en aquel otro momento: si es que lo había soñado, o si realmente lo había vivido y estaba archivado en el rincón "para tirar" del cerebro antes de recuperarlo para su carpeta original.

Yo sé que de donde saqué esos, hay otros muchos que quizás nunca salgan del rincón: como ese en el que mando a la mierda a mi jefe, ese en el que vivo en un piso de 80 m2 sin hipoteca, o ese en el que gano el campeonato mundial de póker en Las Vegas.

Y hablando de recuerdos ¿Por qué todo el mundo tiene uno en el que un amigo le ha contado lo del juego de la galleta, pero nadie sabe quién fue y cuando pregunta para averiguarlo, resulta que no ha sido nadie?

Monday, May 9

Battery low



Hoy es uno de esos días en los que se enciende la cadena a modo de despertador y ni siquiera muevo el dedo para apagarla; que ni siquiera desayuno porque me da pereza meter la leche en el microondas; que me afeito exclusivamente porque con barba de 4 días doy el cantazo en mi oficina y por no darle una nueva oportunidad a B.Elliot de repetirme que mi padre es conde.

En un día como hoy, mientras espero el ascensor, me planteo que uno debería poder decidir que no va a trabajar porque no encuentra las ganas para hacerlo y poder quedarse en casa durmiendo hasta que las horas de sueño o el dolor de cuello se las trajesen, sin tener que dar después ninguna otra explicación.

No sé si es el cambio de tiempo; si es la paliza que me di en el gimnasio el sábado y domingo; si es lo poco que he dormido este fin de semana; o si es porque Schnee ha vuelto a Alemania.

El caso es que esta tarde, cuando llegue a casa, me por a poner el disfraz de adaptador y me voy a enchufar 2 horas a 220 v.

Friday, May 6

Tic tac tic tac tic tac….

Tic tac tic tac tic tac.... cagüentoloquesemenea, tengo que terminar el informe este para mañana y no me va a dar tiempo ni aunque me quede aquí hasta las 12. Claro, que jamás podría ser ese el caso, porque a las 9 y media vendría la señora de la limpieza, que ya es coleguita mía, y me diría lo de siempre: “Muchacho, que esto no está pagado, vete ya a casa”. Y yo murmuraría también lo de siempre: “nostánostá… losjonesvastar el infienno rojo este del demoño”. Pero la miraré como a una madre y, en cambio, diré eso otro de: “El próximo día me deja usted las llaves que ya cierro yo”, y apagaré el ordenador para irme a casa.

Tic tac tic tac tic tac.... Rrriiiiiiinng. Cagüen tóoooo. Con lo que tengo que hacer y el teléfono que no para de sonar: "¡¡SÍ, ¿QUIÉN ES!?” “Soy yo, Dwalks” “¿Y qué?” “Me voy. ¿Vienes?” “No, coño, tengo un pollo aquí que acabaría con el hambre en el Tercer Mundo” “Vale. Te veo”.

Ñiguñiguñí, ¿por dónde demo.... Riiiinng, RRRIIING, ¡¡¡RRRIIIIIIIIIIIIIINNNG!!! ¿Otra vez? ¿Y ahora quien...? “¡¡¡SÍ!!!” “Soy yo, Dwalks”, “¿No te he dicho que me queda mucho? ¿Qué quieres?”, “Nada, solo recomendarte que te cagues en la puta antes de descolgar. Por si acaso, más que nada.”

Ouch, jab directo a la mandíbula, diez segundos en la lona y combate al carajo. Dwalks levanta los brazos, vencedor.

Tic tac tic tac tic tac.... mumblemumblemumble, otra vez aquí, más liao que las rastas de Tarzán, y con Hernandez y Fernández tocando las castañuelas a mi lado. ¡Y que no termino esto, oye! Tiroriroriro, tiroriroriro (este timbre ya me estresa menos; punto a favor de los teléfonos tuneables y un año de vida que le regalo a mi corazón). “¿Sí?” “Click. Piiiiiiiiiii”. ¡Odio que me vacilen con el teléfono!, ¡¡LO ODIO!!

Thinkthinkthink Estooo… Tiroriroriro, tiroriroriro. Paso, que esto es lo de siempre, el tío que se confunde dos veces seguidas y no tiene agallas para reconocerlo. Tiroriroriro, tiroriroriro… ¿Es que no se piensa cansar nunca? “¡¡SÍ!!” “Click. Piiiiiiiii”. ¡¡LO SABÍA, COÑO, LO SABÍA!! Ni un segundo que perder y la peña tocando la trompeta con el puñetero teléfono. Espera, ¿y si…? (Giro de 180 grados del cuello, y sí, es él).

Dwalks, con el teléfono en la mano y la sonrisa del Joker en la boca. Otra muesca en su cinturón.

Tic tac tic tac tic tac.... Runrún runrún runrún ¡Esto es la Guerra! ¿Pero esto qué es, otro día que llego tarde al cierre? Tikitik Tikitik Tikitik, escribiendo en el teclado a esta velocidad no voy a poder renovarme el DNI porque me habré abrasado las yemas de los dedos. “¿Qué hay Would?” Es Dwalks, que se va y ha venido a despedirse. “Ya ves” Tikitik Tikitik sin levantar la vista. “Me voy. ¿Te queda mucho?” En este momento veo que los lápices y los bolis comienzan a volar de mi mesa. “Sí, un rato, tengo que terminar esto”. Ahora es el Tipp-Ex lo que desaparece de mi vista, aunque no le doy mayor importancia. “Pues nada, ya nos vemos mañana si eso”. “Sí, maña… ¡¡¿Pero qué demonios…?!!”

.....
.....
.....

Esto es lo que han visto mis ojos cuando he levantado la mirada de los papeles:




Y por si alguien tiene dudas de quién se anota este tanto, este es el final de la secuencia:


¿Qué hago yo con este tío?

Wednesday, May 4

Puñetín & Puñetón

Ayer por la mañana, de nuevo con solo 3 horas de sueño, volvieron los gritos y carreras por el pasillo. Así, entre sueños, parecía que alguien estaban persiguiendo un cochinillo en día de matanza, pero no, eran mis sobrinos.

Esta vez no vinieron a buscarme porque mi cuñado alemán ya estaba haciendo los honores. Eran las 08:30 de la mañana y parecía que Puñetón ya se había bebido 6 cafés.

No me desperté tan mal a pesar del sueño que tenía, supongo que estaba empezando a acostumbrarme, pero cuando me fui a sentar a desayunar y noté que en la cocina había más jaleo que en una lonja de Cádiz, agarré mi Cola Cao y me salí a la terraza antes de que la vena de la frente me reventase.

Unodostrescuatro...diez, unodostrescuatro...diez, inspira-espira, inspira-espira.

Apaciguada mi taquicardia, activé el modo Tío ver.2.0. y me acerqué a Puñetín (9 meses) que está hecho todo un monito trepador de esos que cuando los ves por la tele, en los documentales, tienen tanta gracia. Su misión en la vida esta semana ha sido: Reptar por el suelo hasta tus zapatillas, agarrarse a los pantalones del pijama, que si no están bien sujetos acaban en las rodillas, ponerse de pie y estirarse para que le subas en brazos. Eso una y un millón de veces.

Nadie me avisó de que no lo hiciese, porque si lo hubiesen hecho, se habrían ahorrado las risotadas al ver los lagrimones que me cayeron al sentir las manos prensiles del puñetero tirándome de los pelos del pecho como si le fuese su vida en ello.

Con Puñetón (2,5 años) probé la táctica de no hacer nada, pero terminé por abandonarla porque se mostró inasequible al desaliento: “¿Y por qué no te mueves? ¿Eh? ¿Eh? ¿Por qué no te mueves, tío?” “Me estoy haciendo el muerto, leñe, a ver si dejas de preguntar por qué hago todo”.

Claro, que es difícil engañar a un niño que a su edad lleva escrito en la zapatillas: “Conocer a los demás, es sabiduría. Conocerse a si mismo, es sabiduría superior”. Confucio ya tiene heredero y los fabricantes de calzado un problema de conciencia.

Al final vinieron sus padres y se los llevaron.

Y yo me quedé en calma.

Y comencé a aburrirme mucho.

Y empecé a acordarme de mi sobrino mayor pidiéndome jamón a las 10:00 de la mañana en medio de unas risas: "Quiero jamón, quiero jamón, quiero jamón”. "Pero si está frío y no te va a saber a nada”. “Pues quiero jamón frío, tío”.

Y me acordé de que el condenado, cuando le había partido unos trocitos, se los había guardado en la mano, había cerrado fuerte el puño y luego me me había dicho: “Toma tío, ya está caliente como a ti te gusta”. Todo justo un segundo antes de levantarse de la silla, darse media vuelta y largarse corriendo dejándome con un jamón sobado y una sonrisa de estúpido de foto.

Y me di cuenta, no muy sorprendido, la verdad, de que a los 15 minutos ya los estaba echando de menos.

Monday, May 2

puente día 1

Llegan unos días de puente y uno se confía en que va a poder descansar. Claro, que lo mismo que lo piensa uno, ya lo han pensado los demás, y como son infinitamente más planificados y listos que yo, ya se han montado sus viajes y sus huídas, porque en muchos casos no tiene otro nombre.

En mi casa este puente ha habido más movimiento que en el prime time de los lunes por la noche. Mi hermana ha venido de Alemania, un hermano se ha ido a montar en bici a Marruecos, y el otro se ha ido a Chile con su mujer a pasar una semana entera.

Estos últimos se han ido dejándonos a cargo de Puñetín y Puñetón, que son las razones de que yo tenga tantas ojeras que el portero de la vivienda me ha confundido con un mapache y me ha echado del portal con la raqueta que usa para sacudir las alfombras.

Puñetín tiene 9 meses y se pasa el 50% del tiempo durmiendo y el otro 50% de tiempo llorando. Solo hay dos actividades que le entretienen: una es asomarse a la puerta de la lavadora y quedarse hipnotizado con el centrifugado. Es gracioso verle como una Marujita Díaz de 45 cm de alto y sin caracolillos. La otra es apretar la vaquita que tenemos en la nevera, que muge y nos llama gordos, como si estuviese enviando telegramas a todo el planeta.

La actividad preferida de Puñetón es no dejarte dormir. Él sabe perfectamente que lo que necesita alguien que se ha acostado a las 6 de la mañana, es que venga su sobrino de 2 años y medio tres horas después y le grite al oído ¡¡¡¡¡TÍIIIIIOOO, ERES UN GANDUUUUUL!!!!!

A partir de ese momento, entre gritos de los niños y de los abuelos, es imposible pegar ojo, así que me levanto y me voy a la cocina a desayunar con cuidado de no pisar a Puñetín, que viene arrastrándose por el pasillo haciendo prácticas para las fuerzas especiales de los marines.

Demasiado lento. Antes de llegar a la cocina, Puñetón me ha agarrado de la mano para que me vaya a jugar con él a los coches. Me voy a la habitación vacía de mi hermano y me encuentro que tiene allí montada la caravana de salida de este puente: todos sus coches en fila, en 60 kilómetros de atasco a escala 1:50.

Cojo el último de la caravana y le doy la vuelta diciéndole que se ha hartado y que se vuelve a su casa con los botes de Coca Cola y los bocadillos de jamón, pero sin la abuela, a la que han dejando en una gasolinera.

Cuando por fin aparco el coche, Puñetón me multa por dejarlo encima de la acera. Me enfrento a él y le digo que no firmo la multa. Resultado: acabo empapelado y preso en la comisaría. Nunca subestiméis la autoridad de un niño.

En un descuido que tiene dirigiendo el tráfico de la caravana, me fugo y me voy a beber el café.