Wednesday, November 5

Buenos Aires

Desde Septiembre no he parado de viajar. Londres, Nueva Zelanda (Auckland, Rotorua, etc.), Dusseldorf, Colonia, Amsterdam, La Haya y Rotterdam se cuentan entre mis visitas de estos dos últimos meses que me permiten afirmar que:

a) Me gustaría vivir en Nueva Zelanda.
b) No me gustaría vivir en Holanda.
c) Odio la prepotencia en forma de personal que trabaja en Barajas, especialmente de los que dirigen las colas de los taxis en la T4 vestidos con un chaleco fosforito que por lo visto le hace sentir a uno que es Naomi Campbell.

También he viajado por España, no mucho, pero lo suficiente para odiar también a la gente que trabaja en la cafetería de la estación de Atocha a primera hora de la mañana.

Será que con tanto viajar me he hecho a comer a las 12:30, cenar a las 18:00 y a sorprenderme por la falta de educación y los malos modales. No, oiga, no se atiende al que más chilla sino al que lleva más tiempo esperando. ¿No educa usted así a su hijo? Pues empiece a hacerlo antes de que él se quede afónico y usted sordo.

De aquí a que termine el año seguiré viajando. Dos semanas a Buenos Aires, Alemania, Holanda, Bélgica... y entretanto tratando de organizar cenas con los amigos. Esta semana habrá cena de los jueves con Elza, Kurt y Dwalks. Cuánto bueno.

Las semanas que no viajo me dedico a hacer home working, que mola infinito más que el tele-trabajo, que suena a tele-tienda, a trabajo que te ayuda a adelgazar sin esfuerzo o que te pica los informes en cuadraditos con cuchillas que nunca se gastan. Concepto demasiado Paolo Basile.

Los primeros días de homeworking cuesta ser productivo, pero eso es algo que las empresas conocen y por eso se inventaron Skype y las videoconferencias. Qué gran invento el Skype, por cierto. Los primeros días que lo tuve estuve enseñando mi despacho a Dwalks con la webcam, luego me enseñó él el suyo, y después ya nos aburrimos y empezamos a hacer tele-teatrillos (ahora sí pega el tele-) con lo que teníamos a mano, recordando los tiempos en los que trabajábamos juntos.

Uno de los momentos estelares fue éste en el que el muñeco de nieve le pedía perdón al microbio de la úlcera. Me encanta especialmente la actitud de este último y el sentimiento en la expresión del primero.

Wednesday, September 10

Óbidos, Lisboa, Frankfurt

Ya he terminado de preparar mi agenda para lo que queda de año y la conclusión es que me voy a mover más que galleta en boca de vieja. La semana pasada empecé un grupo de 8 semanas consecutivas en las que voy a estar fuera, y de aquí al 31 de Diciembre únicamente voy a parar por casa 3 semanas. Diría que "afortunadamente" casi todos los fines de semana voy a pasarlos en España, pero esto no lo decidiré hasta saber si estar sábados poniendo lavadoras y domingos planchando me compensa.

La semana pasada estuve en Portugal, unos días en Óbidos, un pueblo a 80 km hacia el norte de Lisboa, y otros días en el mismo Lisboa.

Portugal me gusta porque está cerca, porque es bonito, porque la gente es amable y porque se come bien. De hecho es el país en el que mejor he comido, mejor incluso que en muchas zonas de España. Desde el lunes que llegué hasta el viernes no probé nada de carne y todo el pescado que comí estaba para no dejar ni las raspas, aunque me daba miedo pedir según que platos porque me parece que en bastantes ocasiones abusan de la nata y del perejil. Hay mucho perejil en Portugal.

Óbidos es un pueblo muy turístico. Tiene una muralla que rodea todo el pueblo y un pequeño castillo.

El castillo y unas casas de cartón piedra típicas muy típicas en Portugal

El polígono industrial de Óbidos

También tiene unas cuantas redes de Wifi desprotegidas desde las que envié un par de fotos con el teléfono para dar envidia, que a mí me da mucho gusto eso de hacer creer que mi trabajo está muy bien aunque luego la realidad sea muy distinta. Porque una cosa es darte una vuelta por el pueblo según llegas con el coche y antes de ir a cenar, que sí, que está muy bien, y otra muy distinta es lo que tuve que pasar el día siguiente:

Para empezar me obligaron a descalzarme.

A sufrir exfoliación plantar sobre restos de conchas.

Y sanación con agua yodada, que pica mogollón.

Al día siguiente fui a Lisboa y visité el Bairro Alto y Chiado, que son lo más. Lo único que me dio un poco de pereza fue que el 90% de los que andábamos por allí éramos turistas y aquello parecía más Eurodisney que Lisboa con sus mimos y sus carteristas. Nada que un buen bacalao no haya solucionado.

Esta semana estoy en Frankfurt, que afortunadamente para mí es como decir que estoy en casa porque mi hermana vive aquí con su familia y he aprovechado para ocuparles la habitación de invitados, comerles las salchichas de la nevera y beberme sus cervezas, que es lo mínimo que puedo hacer por ellos para no parecer grosero ante su germana hospitalidad. Este aspecto es algo que cuido mucho cuando voy de invitado a cualquier sitio, tenedlo en cuenta y sabed apreciarlo.

Entretanto voy a ver qué delicatessen encuentro en la despensa, que de bien nacidos es ser agradecido y la cortesía la llevo por bandera.

Monday, July 21

Bologna

¡Ay, que desastre! ¡Cómo está todo! Me voy unos meses de vacaciones y me encuentro esto lleno de polvo. Al menos el spam no me ha ocupado el blog.

Hace unos meses cambié de trabajo, esto ya lo dije, y durante este tiempo he tenido que hacer un pequeño esfuerzo en ponerme al día y aprender a tener los papeles bajo control. Lo que ya no controlo tanto es mi cabeza.

En este nuevo trabajo tengo que viajar aproximadamente la mitad del tiempo, una semana fuera-una semana en casa suele ser el ritmo, y con cada viaje que hago dejo-olvido-pierdo algo.

Esta semana, mientras mi teléfono móvil vuelve por correo desde Colonia después de que lo olvidara en la oficina, mi paraguas y una chaquetan volaban hacia Bonn en la maleta de una compañera de trabajo que lo tuvo que recoger del asiento de detrás del coche de alquiler donde también quedaron olvidados.

Otras veces no he tenido tanta suerte, y ya he dado por perdido una colonia, un cargador de móvil, el cable del iPod, dos CDs (asumamos que siempre se quedan en las radios de los coches de alquiler), una memory stick, y ropa, mucha ropa.

Mañana vuelo a Boloña, tierra del tomate y la carne picada, y esta vez llevo la maleta llena de cosas prescindibles.

Saturday, April 12

El del mes de abril sin Maika Pi

Esta semana la he pasado entera en Madrid y he aprovechado para hacer todas las cosas de las que siempre me acuerdo cuando estoy fuera. He hecho el gandul junto a Berlín, he jugado al fútbol, he ido a ver a mi familia y he salido con los amigos. Lo que es un rearme mental.

Desde que ya no tengo hora de entrada ni debo trabajar en traje, voy probando los límites horarios en los que puedo mantener la eficiencia, y los distintos vestuarios que me permitan vestir cómodo, acorde al entorno, y no parecerme a las gemelas Olsen. En este sentido ahora estoy experimentando con la fusión de mis zapatillas brasileñas con el traje de banquero de Serrano, y mi abrigo largo de corredor de bolsa londinense con una gorra yankee. Cuando a esto (o a una variante con vaqueros chungos y camiseta de moderno) le sumo una barba de tres o cuatro días, el iPod con una selección musical correcta, y mucha actitud, me parece estar caminando por Nueva York rodeado de gente que hace de extra en las películas de Woody Allen.

En cuanto al manejo de horarios, durante este último mes he estado yendo al gimnasio antes de trabajar, y como sigue sin gustarme madrugar al final acabo en la oficina a las 11:00. Trabajo muy bien a partir de entonces, pero he decidido levantarme un poco antes para no empezar más tarde de las diez menos cuarto, que sino al final tengo la sensación de no estar haciendo las cosas al 100%.

El jueves celebramos en un bar-restaurante canario de la Cava Baja el cumpleaños de Dwalks, y antes de volvernos cada uno a nuestra casa, celebramos un poquito también el de Kurt. Las ganas que tenía de ver a todo el grupo junto (Agr, CF, Seiai, Elza, Dwalks, Berlín y Kurt) y lo rico que estaba todo lo que pedimos en el bar, me hicieron olvidar lo altivo que estuvo el camarero con nosotros durante toda la cena. Decía Dwalks que el trato había sido mejor las otras veces que había ido él, así que decidimos perdonarle a Caco Senante que se convirtiese en Risto Mejide por esa noche, el muy cretino.

Claro, que nosotros tampoco empezamos fetén porque a Dwalks le íbamos a regalar una cosa estupenda que le iba a gustar mucho, y como se la quedaron más tiempo de lo esperado en una isla muy lejana y llena de gente inútil, tuvimos que comprarle un juego placebo para calmar su ansia de regalos, pero que me temo que no va a entender jamás.

Ayer nuevamente vine a Alemania. Aprovechando que de lunes a miércoles debo rendir cuentas, he venido a visitar a Frankfurt a mi sobrino alemán que no tiene aún dos meses de vida y ya come codillo con chucrú y bebe vino caliente con canela.

Y ya que estaba aquí, esta mañana he ido por encargo a la BMW a recoger un coche de ministro con mucho brillo y cartera nueva, y he disfrutado de ver cómo de organizados son en esta casa. El taller parecía más un laboratorio de ingenieros de probeta y gafas al aire que el garaje hasta arriba de grasa y calendarios de mujeres llenas de tetas al uso en España. Había incluso una sala de espera (¿?) con un catering con fruta fresca cortada en dados y camareros con modales.

Me quedo en Frankfurt hasta el lunes, cuando me iré bien prontito por la mañana a otra ciudad alemana que esta vez no tiene nombre de salchicha. Hasta entonces sigo estudiando para convertirme en un hombre de provecho y muriéndome de rabia por no poder ir al concierto de Micah P. de esta semana en Madrid.

Tuesday, March 25

Colonia de trabajo y sin corbata

Esta semana me toca estar en Colonia visitando a mis alemanes, que es algo que voy a hacer en adelante con cierta frecuencia. Como por Semana Santa ayer fue festivo para ellos, hemos comenzado hoy nuestras tareas. Primero ha sido la presentación a todo el equipo (a todo el equipo que estaba por aquí). No sabía si me había colado en las oficinas de ACNUR (ayuda al refugiado) o estábamos para hacer un chiste: “¿Sabes aquél en el que estaban un húngaro, un inglés, un alemán, un peruano, una sudafricana y un español?”

Hoy ha sido mi primer día completo de reuniones en inglés. Un día así es como un día en el Pueblo Vaughan. Algo así como “Miles de frases escritas y pronunciadas con 7 acentos diferentes. ¡Abrirás tu mente y tu oído! Comerás en inglés, cenarás en inglés, y probablemente sueñes en inglés”. Ahora, como ejercicio de descompresión me tengo puesto Astrud en el iPod, que me lo dice todo bien clarito y sazonado.

En las dos reuniones en las que he participado únicamente éramos 5 personas. Y digo participado porque atrás quedan los tiempos en los que podía ir sin haber dormido a las reuniones de más de 20 personas y entornar los ojos haciendo como que prestaba mucha atención mientras hacía justo lo contrario. Además, como mi nivel de inglés es el de un niño de tres años, un niño portugués de tres años quiero decir, estar concentrado durante las 3 horas que ha durado cada reunión me dejado un poco tal, sin muchas ganas de continuar hablando de trabajo en inglés durante la cena, la verdad. Supongo que según me vaya haciendo, me irá dando más igual.

Durante las reuniones me he acordado mucho de Dwalks (Dwalks, te quiero), que se embarcó antes que yo en otra aventura alemana distinta pero en cierto modo similar. Yo también soy el más joven de toda la plantilla (o casi), y esto, junto a que me digan que mi experiencia es necesaria en sus foros y que de momento somos muy poquitos los que podemos hacer esto (y no estoy hablando de comerme las pelotillas del ombligo sin usar las manos) está haciendo que mi ego esté rondando el sobrepeso. Lucho contra ello haciendo mucho ejercicio, dándome cuenta de que estar aquí es básicamente resultado de haber estado en el sitio adecuado en el momento preciso, y de haber tenido al lado a gente que me ha aconsejado bien por el camino.

En cuanto a Colonia, es una ciudad alemana en la que hay muchos alemanes y en la que hace frío. Es todo cuanto puedo decir por lo que llevo de viaje, además de que me compré "Flores de Febrero" en el aeropuerto (sigo adorando todo lo que venga de China a pesar de que últimamente me lo ponen difícil). También sé, porque lo he visto en otra visita anterior, que tienen una catedral enorme y una cerveza especial (Kölsch). Y por los 5 locales en los que he estado (aeropuerto, hotel, oficina, y 2 restaurantes) parece que a los colonios no les gusta mucho la luz. En todos estos sitios he tenido que estar prácticamente en penumbra, lo que probablemente me cause ceguera severa cuando vuelva a España por la dilatación de mis pupilas.

Sunday, March 16

Empezando el nuevo trabajo

Ya ha pasado un mes desde que comencé mi nuevo trabajo y la verdad es que no puedo estar más contento. En las dos últimas semanas he estado en Almería, Granada, Alicante, Valencia, Tarragona y Barcelona. Paso entre 3 y 4 días a la semana fuera de casa, que son 2 o 3 noches, y de momento lo llevo estupendamente. Echaba tanto de menos viajar...

Estoy aprovechando para pegarme homenajes en los desayunos de los hoteles, y un poco también en las cenas, pero menos. A pesar de que viajo a gastos pagados y sin dietas, yo soy muy mirado para eso de los dineros y no me sale natural reservar en hoteles que no escogería si los tuviera que pagar yo, así que voy de un hotel de a 50 la noche a otro de a 60 con desayuno. Incluso con esas condiciones he logrado alojarme ya un par de veces en estupendos hoteles de 4 estrellas y en habitaciones bastantes más grandes que el estudio en el que vivo con Berlín. Mi jefe, con quien de momento estoy yendo a todos los viajes, me ha dicho que al menos procure no coger los hoteles en medio de un polígono, y me ha pedido que cuando salgamos de España me ande con más ojo, que las estrellas no son iguales aquí que en India.

Al estar fuera de casa, cuando después del trabajo aún tengo fuerzas, no me importa ponerme un poco más a hacer cosas de la oficina, e incluso retomar después de la cena. Esto, que no me supone ningún esfuerzo, me permite entrar a las 10:15 y salir a las 19:00 los días que estoy en Madrid, tomarme el tiempo que quiera para comer, y si es necesario, la mañana o la tarde para hacer lo que quiera.

Aquí tengo un despacho para mí al que ya me he llevado mi altavoz para el iPod con el que me acompaño cada día al ritmo de lo que más me apetece, también me climatizo a mi gusto con la ventana y el aire acondicionado, y me peo cuanto quiero, que yo soy muy de legumbre.

Estoy contento, mucho, e igual que el proyecto anterior siempre lo vi desde un punto de vista corto o medioplacístico, a éste le doy más recorrido, probablemente hasta que los alemanes quieran, y espero que esto sea mucho.

Wednesday, February 20

Cumpleaños y Nuevo Trabajo

El mismo día que Blogger publicaba su edición en filipino y yo cumplía 32 años, empezaba en mi nuevo trabajo.

El día antes de eso quedé a cenar con Kurt, Dwalks, Seiai, Elza y Berlín para que tuvieran ocasión de felicitarme los primeros y darme mis regalos, todos ellos muy caros y con mucha clase como corresponde a gente de nuestra posición. Las mejores cremas para la cara y los productos gourmet más exquisitos están ya en mi casa dispuestos a ser comidos y echados por el cuerpo indistintamente.

Laboralmente, por fin, después de 2 semanas de vacaciones y casi una de parado volví a trabajar, y la verdad es que se me hizo cuesta arriba. Tanto tiempo enganchado a cualquier cacho de carne que saliera por la tele, hizo que para pasar dos horas concentrado en una misma tarea me resultara tan agotador como escuchar tres misas seguidas.

Afortunadamente la primera toma de contacto tampoco resultó algo tan intenso como el olor de los kebabs o una actuación de Belén Rueda, sino que sucedió muy natural porque lo que voy a hacer a partir de ahora tiene T-O-D-O que ver con lo que había hecho los 6 últimos años y N-A-D-A con lo que hice los últimos 7 meses.

¿Por qué solo 7 meses? Pues porque cuando alguien con quien siempre has pensado que te apetecía trabajar te ofrece la oportunidad de hacerlo, no hay mucho que pensar. Desde el viernes, y como Dwalks anteriormente, voy a trabajar para unos alemanes, y mis funciones serán hacer lo que mejor sé hacer y viajar por todo el mundo para comprobar que todos lo hacen igual. China, India, Japón, Sudáfrica, Sudamérica, USA, Europa, e incluso Valencia, donde voy la semana que viene.

El viernes, además de tener un empleo nuevo como regalo de cumpleaños, me hicieron entrega de mis herramientas de trabajo: una Blackberry, un portátil y una VISA, lo que confirma que voy a convertirme en una mezcla de Marco y el tío Matt el Viajero.

Además, como voy a manejar una información tan ultraconfidencial, el portátil trae incorporado un lector de huella digital (que no pienso usar para que a nadie se le ocurra cortarme el dedo para acceder a la informaicón del portátil), varias claves de acceso, y Windows Vista para que en el caso de que te saltes los dos anteriores seas incapaz de abrir ningún archivo.

Cambiando de tema, hoy, invitado por una amiga, he ido al concierto de Lizz Wright, una mujer que tiene una voz suave y contundente, y un cuerpo enorme y una cabeza enana. Es, en sí misma, una contradicción. Una contradicción hermosísima. Os diría que os descargarais el disco para poder comprobarlo, pero ya que me han invitado a la entrada y me han pagado las copas, lo que tenéis que hacer es comprarlo ¡YA! Me lo agradeceréis.

Thursday, February 14

ARCO 2008

Después de dos semanas de vacaciones comencé ésta siendo una fila más en el EXCEL del paro. Afortunadamente no he pasado ningún nervio porque sabía que se trataba de una situación temporal con fecha de solución tan próxima como mañana, así que he continuado entregándome al hedonismo teniendo siempre en mente que podía morir mañana mismo y que hoy debía disfrutar al máximo, pero que también sería una putada que después de habérmelo gastado todo, haber contraído todo lo que cabe dentro de la definición de ETS de Wikipedia, y haber hipotecado mi hígado, tuviera que ir a trabajar al día siguiente.

Dentro de esta filosofía, ayer fui a comer cocido a casa de mis padres porque no hay plan mejor que éste. El segundo mejor plan era ir a ARCO y allí que fui con Iván, que teníamos los dos muchas ganas de echarnos unas risas a costa de los que muchas veces tratan de reírse de nosotros, o sea los artistas.

Aprovechando que Iván es amigo de uno de ellos, uno que además de ser de su tierra pinta de escándalo, fuimos con dos invitaciones a pasearnos entre la modernidad y el figureo, que es muy de nosotros el hacer esto. Peinados entre superconstruidos y deconstruidos, vestidismos ultratodo, y complementos de polipiel. Era todo tan lo más…

Entre pasillos de moqueta que hacían que los pelos de la gente estuviese siempre de punta, encontramos cositas como éstas:

- Bisectriz (línea semirrecta que divide un ángulo por la mitad)

Bisectriz

Las dos cabezas que se ven son las de Iván y JNF, y lo que están pensando es cómo al tío de la imagen se le ocurrió subirse a la silla para hacer un picado de cabeza contra la esquina de la pared y quedarse ahí clavado. A mí lo que más me llamó la atención es que no había cortinas en las ventanas.

- Wait Until (Espérate un poquito).

Esto no es, ni más ni menos, lo que se ve en la foto: una copa al borde de una tabla que se mueve. Y ya.

Castafiore

Iván, que sabe mucho de todo, pero aún más de arte, consideró que la copa estaba ahí para que alguien la rompiese a do sostenidos. El detalle de la foto muestra cómo él mismo se tira del pescuezo para alcanzar agudos aún más grotescos. En una escala de 000 a 999 el gritómetro únicamente alcanzó 225. Muy pobre su performance.

- Aceitunas negras (un resumen de lo que son algunas secciones de la feria).

Aceitunas negras

Estas cucarachas estaban evidentemente vivas, porque todo el mundo sabe que una cucaracha cuando muere tiene la deferencia de avisar poniéndose patas arriba.


- Ayuda al refugiado

Esta obra estaba en el stand de El País y es una cabeza gigantesca (podría ser la de Constantino Romero) rodeada de zapatos viejos.

These boots

Éste es el momento en que Iván, JNF y yo fuimos testigos de cómo un grupito de perroflautas, imprescindible en este tipo de actos, se metió en medio de todo ese montón de zapatos para cambiar los suyos por unos más nuevos que encontraran. Entre los visitantes hubo un par de taquicardias y un aumento generalizado de la sudoración provocado por una intensísima sensación de vergüenza ajena.

Y allí poco más. Nos despedimos todos camino del metro dándonos chispazos por culpa de la moqueta e iluminándonos en los rincones oscuros porque nosotros lo valemos.

Monday, February 11

Vaya

Hoy que iba a contar lo bien que lo había pasado el fin de semana con unos amigos en una casa rural, lo mal que he comido, lo interesante que va a ser mi nuevo trabajo y lo bonito que está el día en Madrid, me encuentro con que Dwalks cierra su blog por sorpresa.

Para ser sinceros esto no me causa casi ninguna pena porque al fin y al cabo voy a seguir teniendo actualizaciones suyas prácticamente igual que antes, pero sí que me tiene más estupefacto porque sabía del cariño que Dwalks le tiene a su blog. Si le conozco bien, ésta es una decisión que lleva meditando desde hace más de 3 meses, porque otra cosa no, pero a racional a Dwalks no le gana ni César Vidal (quizá la única persona que además escribe tanto como él).

Mi esfera blog cada vez se hace más pequeña, evidencia de que como le ha ocurrido a Dwalks, las prioridades cambian. Si tuviéramos 15 años le diría que la culpa de todo lo que le pasa es de las mujeres, también se lo diría si él fuese John Lennon y yo Paul McCartney. Si lo hubiera cerrado hace 6 meses le habría dicho que la culpa es del nuevo trabajo. Si lo hubiera cerrado dentro de 6 le habría dicho que lo hace por la derrota de España en la Eurocopa. Lo que indudablemente es ley de vida es que de pequeño te gustan los macarrones con tomate y jugar con los Clicks de Famobil, y de mayor el temaki de maguro e ir a los conciertos de los Rolling. Las preferencias varían con el tiempo.

Y hablando de tiempo, cuando comenzamos casi juntos la aventura blogspot los dos trabajábamos en una empresa en la que teníamos un horario que nos dejaba un montón de él libre para nuestros hobbies, y con tanto como teníamos ambos descubrimos lo divertido que resultaba divagar y escribir. Sin embargo, cuando con el cambio de trabajo el tiempo se ha convertido en un bien escaso, él vuelve a darme una lección. Mientras él se retira con un blog saneado y de buen aspecto, yo mantengo al mío con apenas una actualización semanal. Él es la Marisol que se retira en lo alto, y yo la Marujita Díaz que se arrastra por los platós pidiendo unos minutos de atención.

En fin, ¿alguien quiere hacer un montaje conmigo ahora que Dwalks me abandona? Yo llamo a los fotógrafos.

Tuesday, February 5

Supermartes

Durante estas vacaciones forzosas estoy aprovechando para hacer todas esas cosas para las que no encontré tiempo mientras estaba tan "ocupadísimo" con el trabajo, como por ejemplo: ir al mercado a hacer la compra, pasearme por las tiendas para disfrutar la agonía de las rebajas, y sentarme en un banco y echar de comer a las palomas. Estoy asumiendo tan bien mi nueva situación que estoy planteándome la idea de comprar un perro y suscribirme al ABC.

También he decidido plantar cara a mi bruxismo de reciente detección. Se ve que el hecho de que tenga más cemento en la boca que el que hay en la presa de las Tres Gargantas en China no es culpa de que mi esmalte sea de tercera, que es tan bueno que de Roca me han llamado ya tres veces para tomarme muestras y utilizarlo para bañar sus lavabos, sino de que llevo un porrón de años machacándome la mandíbula a base de apretarla más que el público de un concierto de los Rolling.

Después de este párrafo en el que no se me ha ocurrido nada más exagerado que poner, quiero aclarar que el bruxismo no tiene nada que ver con el cronismo, y también quiero romper una lanza por aquellos valientes que se atreven a cambiar de dentista porque ellos conocerán una segunda opinión. Valga mi experiencia en la que donde para uno había un desgaste del esmalte por un cepillado excesivo, otro veía una evidencia de bruxismo, que es como decir que, tratándose de la duquesa de Alba, donde uno ve una anciana entrañable, otro ve la futura plusmarquista nacional de salto con pértiga.

Ahora ya tengo mi férula de descarga, que es como un protector bucal adaptado a mi dentadura y hecho con resina dura, y que en principio deber servir para que relaje la musculatura de la mandíbula. Estoy contento con él a pesar de que aún no consigue que relaje y de tratarse del juguetito más caro que me he comprado y que no puedo enseñar porque visto en fotografía tiene que resultar tan agradable ver un herpes genital.

Y como no puedo colgar fotos de esto, voy a colgar esta otra cosa que ha revolucionado mi armario de los desayunos:

Nesquik fresa

Soy bastante fan de alternar compras llenas de productos de marcas blancas, con compras en tiendas de alimentos de importación y/o delicatessen. Esto lo encontré evidentemente en una de estas últimas y me vais a permitir que os traduzca del envase cómo debe prepararse:

"Vierte impaciente la leche en un vaso. Con una sonrisa en la cara, añade de 2 a 4 cucharadas de NESQUIK para conseguir el sabor que más te guste (creemos que 3 cucharadas es lo mejor).

Trata de no SALTAR de emoción mientras remueves y...gulp... ya puedes disfrutar del requetedelicioso sabor de NESQUIK".

No me digáis que no es excelente. Además la palabra sonrisa tenía forma de sonrisa y la palabra saltar daba la impresión de estar saltando. Es, sin duda, el tipo de producto que veo tomando a Kiko Pantoja y Borja Thyssen en sus desayunos. El tipo de producto que yo debía tomar.

Su sabor es exactamente igual que el de los batidos de fresa tipos los que venden en los pasillos de los supermercados y en las tiendas de coloniales, aunque su aspecto en polvo echa un poco para atrás de puro artificial.

Ahora, con vuestro permiso, voy a disfrutar de la "scrummy yumminess" de un vaso de Nesquik de fresa, y voy a lavarme los dientes para ralajarme.

Wednesday, January 30

Nieve - No nieve - Action Man

Hace dos semanas estaba preparándome para lo que iba a ser mi primer día en la nieve.

Como en la oficina trabajamos mucho y somos muy rentables, la empresa nos ha regalado un fin de semana en una estación de esquí tipo las que molan para que hagamos lo que esperan las empresas de la onda de las consultoras de sus empleados: una celebración con empioje general, intercambio de teléfonos y fluidos, y sentir el “proud to be a leader”.

Yo, que a pesar de pasar media vida en la sierra no había subido a la nieve más que en dos ocasiones y para tirarme con unos plásticos, enganché a dos compañeros del trabajo y les pedí que me enseñaran a ponerme unos esquís y esas cosas de la nieve.

De ambos sólo puedo decir que son de esas personas que conoces con 30 años y que lamentas no haber conocido antes, como también es cierto que uno de ellos había sido monitor de esquí y el otro no, así que en este caso a uno de ellos le debo hacer más la pelota.

Fuimos a Xanadú, y desde cómo ponerme las botas hasta cómo quitármelas, fue todo aprendizaje puro. Aprendí a no dar el pecho al valle (¿?), a hacer la cuña, a levantarme (enseguida aprendí a tirarme cuando veía que me iba a comer a alguien), a hacer giros, a subir en el telesilla… Fue el mejor día que he pasado en mucho tiempo porque volví a divertirme como un chiquillo.

Sin embargo, a corto plazo, me va a resultar imposible practicar lo aprendido porque desde el lunes ya no trabajo donde solía, así que me he quedado sin viaje y sin fotocopias gratis.

Desde que no tengo que ir a trabajar no he parado de hacer colas, papeleos (parece que me vaya a casar), e ir poniéndome al día de todo lo que tenía pendiente por no tener nunca un minuto libre. También me he dedicado a hacer de chacha (limpiar el polvo, aspirar, fregar, limpiar cristales, hacer el baño, cambiar el orden de los muebles) y de cuñado manitas (sierra, martillo y silicona son mis nuevos amigos).

Y ahora sí, una vez terminado todo y visto Fama, he mirado por la ventana y esto es lo que había detrás del cristal perfectamente limpio: un miércoles al sol.

Corrala

Sí, es Madrid, el centro.

Terminaré contando que adoro Fred Perry y que amo esta marca aún más desde que he descubierto que por fin hacen ropa para gente que practica deporte, y no solo para los flequillos grasientos con cuerpo de chaval de 15 años.

Gracias a que a un diseñador de la marca se le ocurrió diseñar ropita para un Action Man en plan “esto es lo que va a hacer que Barbie le ponga los cuernos a Ken”, decidieron que sería buena idea llevar ese cuello y esas mangas más anchas y esa silueta slim-fit (no todos somos tubos, por Dios) a una escala mayor.

Éste es el resultado. También este que hay más abajo.

Action Man

Thursday, January 3

Pingüinos y de todo

A pesar de lo solo que me habéis dejado estas fechas, quiero desearos a todos que tengáis buenos regalos en reyes.

Aprovecho también la ocasión para comentar que me he gastado un panojón en Leroy Merlin comprando cosas de las que no se ven en casa y que estoy muy frustrado. Para desquitarme fui al Decathlon y compré unas zapatillas de deporte, pero como me encontraba casi igual, tuve que pasar luego al Media Markt y echar allí el resto, sin arreglar tampoco nada porque la suma de todos estos gastos ha hecho que me haya quedado encerrado en casa viendo episodios de Nip/Tuck y Los Tudor.

Uno de los pocos días que he salido de casa ha sido para celebrar el I Concurso de Tapas en casa de un amigo. No me extenderé mucho en los detalles (22 participantes cada uno con su tapa, varios empachos, sobornos al jurado, muchísimo sexo por todas partes...), y pasaré directamente a decir que yo quedé 7º con unas bolas de queso que había que tener los huevos duros para comerlas. y que Berlín quedó 3ª con una tosta de morcilla con mermelada de pimientos, crema de cebolla y huevo hilado que provocaba desmayos.

El primer premio fue para la tapa "Pingüinos", ahora sabréis por qué:

Pingüinos

Esta no es la tapa original sino una réplica que realicé en casa de mis padres 2 días después con tanto éxito de crítica y público que al final tuve que reconocer que la idea no había sido mía. Sé que vosotros también lo vais a intentar, así que aprended de mis errores y decid que la noche anterior soñasteis el número de la lotería del niño y esta tapa(esto le da verosimilitud a la historia).

También podéis decir que la tapa se os ocurrió viendo en un documental de La2 la persecución de un grupo de pingüinos por parte de unos osos polares. Adjunto coartada:

Pingüinos a la carrera

Y como tengo Flickr abierto, os pego aquí también la portada del disco que más estoy escuchando desde el lunes y que tengo unas ganas locas de que me guste por varias razones:

asobi-seksu

1ª. Estoy enamorado de la portada.
2ª. Estoy enamorado de las mujeres japonesas en general.

En cuanto a la música de Asobi Seksu, "Sexo Recreativo", es la voz dulce y naïf de la cantante Yuki Chikudate (me recuerda a El Perro del Mar y Camera Obscura) que a veces canta en inglés, y en japonés cuando se le pone, acompañada de riffs de guitarra, pedales y más guitarras. Todas las webs y revistas musicales les etiquetan como "shoegazers" (que viene a ser el que se mira los pinreles y el que mete ruido con una guitarrita distorsionada, tanto da) y los comparan con My Bloody Valentine. Todas excepto Pitchfork Media, que dice todo lo contrario.

A mí sinceramente, me tienen ya enganchado aunque para llegar a este punto haya tenido que escuchar 6 veces cada tema.

Y ya que estamos de historias reviejunas (el disco se publicó en España hace ya un año), aún a riesgo de convertirme en el nuevo increíble hombre desactualizado, os cuelo otras dos que tenía ganas de dejar caer.

La primera es que existe Blakoogle (Negroogle es la versión española), que nos permite ahorrar energía y cuidar mucho el Amazonas, la capa de ozono, el lince ibérico, y los murciélagos de los pueblos. Probadlo, que además llama la atención y relaja la vista después de tanto brillo de las pantallas blancas.

Y la segunda es este vídeo que descubrí hace más de un año y que nunca he sabido colar aquí. Este es su momento.

Ahora que lo pienso... ¿seguro que no lo había puesto ya?