Saturday, January 14

Grrrrr

Hay objetos que se meten en nuestras vidas de manera innecesaria y que una vez dentro se vuelven imprescindibles. Véanse el lavavajillas, los móviles y las novias.

Hoy querría hablar de los móviles, de cómo no llevarlo encima puede hacer que conduzca 70 kilómetros para ir a jugar al fútbol a Aluche, y al no encontrar el campo y estar una hora dando vueltas como un idiota para ver si la suerte me hacía llegar, fuese a casa de Berlín para no encontrarla allí. De cómo desde casa de Berlín y con la cabeza caliente he ido a casa de Milio para pedirle asilo y me he quedado tirado en la calle.

Pero como aún tengo la vista nublada por mi mala memoria, por mi mala suerte y mi mala hostia, prefiero dejarlo ya. Y por supuesto, porque es mejor no llegar al punto en que preguntéis si también me olvido la novia en casa.

Con el lavavajillas, que cada uno que se monte la película que quiera.

10 comments:

Iván Payá said...

Por mucho menos de esto que cuentas, me he abandonado yo alguna vez al convencimiento de que no merece la pena vivir y que todo es "una puta mierda".

Con optimismo, un abrazo.

Troy said...

Está bien, pero hubiese sido mucho más emocionante si te hubieras quedado sin gasolina atrapado en una ventisca en chandal y sin líquido para las lentillas...

Marina said...

¿Se te ha caído el móvil en el lavavajillas y por eso no te lo podías llevar?¿Le has pegado un trago?¿se te ha caído en la sopa?¿Ha entrado en contacto con un líquido misterioso, más conocido como mucha agua, y ha inundado toda tu casa de burbujas?¿Te pareces al tío de Don Limpio y la gente se ríe de ti?¿Ha caído al suelo y te has resbalado y te has caído por la ventana desde un décimo piso con la suerte de caer sobre el tendedero de tu vecina y has salido por su ventana con uno de sus sujetadores enredado por el cuello con tan mala suerte que justo ha entrado su marido en la habitación, que es por donde has entrado a la casa, y ha pensado que eras el amante de su mujer y te ha pegado una paliza rompiéndote el móvil?¿tampoco?

¿¿y se pueden compartir males?? ¿¿Te puedo mandar un cacho de código fuente y me explicas porque c*****s me salta una excepción??

Anonymous said...

¿Te remato, criatura? Me da no se qué verte sufrir... :*

nanyu fonseca said...

lo del lavavajillas es que lo has confundido con el liquido de las lentillas?
puaj!
pasate al squash y deja el futbol.
silent sqaush for ever.

Pow said...

Recuerdo cuando olvidé el lavavajillas en casa y tuve que fregar los platos en aquel restaurante chino tras trenzar cada uno de los cabellos de las camareras.
Si es que la tecnología siempre se olvida de ti cuando más la necesitas...

M. said...

A ver... que ya te tengo calado. El el cole te han pedido una redacción que contenga las palabras "novia", "lavavajillas" y "movil".

Que ese truco está muy visto, shavalillo!!!!

Anonymous said...

Pues yo no tengo lavavajillas ni novio, pero para compensar JAMÁS olvido el móvil en ningún sitio... y no te envidio nada, eh?!

Anonymous said...

Hmmm, bueno, chico, hace años yo era prácticamente la única persona en el universo con móvil y el resto de la humanidad os las apañabais la mar de bien sin ellos, tiotiotio, de cabina telefónica en cabina telefónica, endeveeee. Si es que hay que tener una agenda escrita con los númegggos de tol mundo...

Nepomuk said...

Palomas mensajeras. Son un poco más aparatosas pero el ru-ru hace que JAMÁS, logres dejártelas olvidadas en ningún sitio.

Hala... ¿a que mi gilipollez te ha hecho añadir un par de erres más al grrr?