Monday, September 4

Dejad que se alejen de mí

Después de un par de días en casa de Kurt (ver aquí), Dwalks y yo conseguimos empacharle a él y a Nate de puro empalagosos que somos. Se fueron a Barcelona dejando la casa y la piscina para nosotros solos, que aprovechamos esos momentos para mirar cómo nos crecían los pelos de las piernas y para repetir las coreografías de Gemma Mengual hasta no poder tragar más agua.

Al día siguiente, cuando con los pulmones encharcados hicimos el traslado a Can Elliot y vimos que en lugar de botellines helados había sobre la mesa un biberón medio vacío, y que donde siempre había un plato con jamón se encontraban una cucharita de goma y un babero sucio, nos dimos cuenta de que las cosas habían cambiado.

Nos esperaban con la Zodiac sin montar Elliot, su mujer y su hija, y viendo que precisamente montarla era lo que tocaba, les abandoné a él y a Dwalks mientras dormían la siesta y me fugué con las mujeres a Benidorm para hacer una visita a mi abuela mientras ellas paseaban.

Mi abuela, la doblegadora de voluntades, la que sería capaz de conseguir que Fidel entregase Cuba a los americanos, vive gran parte del año en un edificio de 14 plantas en la playa de Levante. Estuve charlando con ella un par de horas de las que no recuerdo mucho por el colocón que me agarré en el ascensor debido al fuerte olor a perfume ultrapotente de señora mayor que había dentro. En cualquier caso sé que esas dos horas estuvieron bien porque cuando salí a la calle lo hice con un paquete de lomo y otro de jamón entre las manos. Abuelas...

De vuelta a Altea la hija de Elliot, que tiene menos de 10 meses, se tiró todo el camino llorando (siendo políticamente correcto), machacándome los tímpanos y crispándome nervios (sin serlo). A la vigésima vez que la madre le cantó los cinco lobitos, tuve que avisarle de que el que se estaba durmiendo era yo, y que conduciendo las medicinas y las nanas estaban contraindicadas.

A ver, no es cierto lo que dice Dwalks aquí de que tengo sobre la niña el mismo efecto que sobre él tiene una subida del Euribor. La niña y yo nos llevamos fenomenal: yo le enseño los muñecos, les pongo voces y me invento historias. Ella por su parte, me babea, me agarra la nariz y me deja fatal delante de los padres poniéndose a llorar, pero eso es porque cada vez que me ve le duelen los dientes o le entra hambre, que tengo muy mala suerte para eso.

Lo que sí es cierto que es un hijo te cambia totalmente la vida, T-O-T-A-L-M-E-N-T-E, y que para esto tampoco estoy preparado. Un tipo que cuando se queda solo en casa dos meses es capaz de coger una cuchara para tomarse el gazpacho que se le ha caído sobre la encimera de la cocina, al que le devora el montón de la ropa sucia, al que los paquetes de pan Bimbo le enmohecen de dos en dos y los yogures le caducan de 4 en 4, es capaz de olvidarse de sacarle los gases al niño después de comer, o de darle cuatro galletas María al bebé celiaco.

A mí me gustan mucho los niños, especialmente la hija de estos amigos, que la he cogido cariño, pero como a la mayoría de los que no los tenemos, me gustan solo para hacerles cucamonas durante 10 minutos, y para maleducarles dejándoles que me muerdan, que se lo lleven todo a la boca y dándoles lo que sea con tal de que no me lloren. Que no digo yo que no sea capaz un día de ponerme a ello, pero no es el momento. Durante un tiempo toca seguir siendo adolescente, querida Wendy.

11 comments:

Anonymous said...

Dí que sí, te lo digo yo, ja, ja....

dwalks said...

la niña simplemente era sincera, iba en el coche contigo, no le gustaba tu música de reviejo del blus y te lo decía como sabía, no seas injusto. y que llorara cuando le pasabas tu cara con barba de dos días por su carita, tampoco era tan raro, por mucho que tú lo hicieras porque se lo habías visto a unos monos en la tele...

va, would... ¿tenemos uno? y le ponemos dwoulks ¡mola!

Iván Payá said...

Sabes quién queremos que tenga un pitufín?? Nanyu!!

Hola, Nanyu!! :-P

nanyu fonseca said...

si, tendremos lo que sea, solo por darte el capricho a ti, ivan. o mejor aun, te podemos adoptar.

eso si, de cualquier manera necesitaremos un canguro, que bien podria ser would.

would said...

Una pregunta, ¿cómo sobreviven los niños de las familias que no tienen aire acondicionado, cuando yo, que tengo mis recursos, estoy muriendo?

Nanyu, ¿estás seguro que yo podría ser canguro? A mi me dejas solo en tu casa y te puedes despedir del estéreo y del DVD.

Iván Payá said...

Doy fe de lo que dice Would. Y si no, aquí está la prueba. Yo sufrí su villanía en mis carnes hace apensa un mes.

Nanyu, prometo que paro ya con la gracia, que sé que ya está muy sobada. Como dice un amigo: "lo poco gusta, lo mucho cansa".

Abrazos!!

Burnout. said...

Si me permitis...
Como sufriente padre que ya ha cumplido dos años de condena te digo: Aunque seas ese desastre, cuando te toca, espabilas. Cuando te toca, te toca, que no te puedes fiar de las protecciones y de tantas tonterías que dicen en las revistas de ciencias de que los soldaditos no marchan.
Lo de que te cambia la vida es cierto: El top manta medra a mi costa, ya que no podemos ir a cine para ver nada más que disney.
La música heavy está descartada.
Cuando le cantas la primera nana al nene para que se duerma, te das cuenta de la cosnpiración paternomaternal para sojuzgarnos, de la cual pasas a ser parte, por la que te haces hipersensible a las nanas...
Bueno, que me cuelgo.
Que coincido contigo, pero he caido como un pardillo y no me va mal, vamos...
Gracias y un saludo.

Troy said...

Tengo la solución:
Me adoptas. Yo me ocupo de la lavadora y tu pagas alquiler y manutención.
-Ventajas-> no babeo, no agarro de la nariz, no me llevo todo a la boca (ojo, que te veo venir)
-Inconvenientes-> No me podrás maleducar, porque ya vengo así de serie.

would said...

Gracias a ti por el comentario jatqlz. Aquí la mayoría hablamos sin tener ni idea de lo que decimos. Y menos quejas, que se te ve encantado, hombre.

Troy, no vale ponerlas a huevo y luego decirme que me quede con las ganas. Voy a reventar de no decirlo, lo sepas.

said...

¿Y a mi que este post me suena a justificación?
:-)

Ann O'Nadada said...

Yo soy un puto crack con los niños. Me adoran. Sólo de verme se mean de risa (Ahora que lo pienso, ¿debería preocuparme?), pero yo sólo tío superguay, los niños pa los que sean capaces de levantarse por las noches a consolarles y de tirar 4 horas al día para que el puto niño coma... No no no, eso no es para mí...

Un placer volver a leerle igualmente, oiga!