Wednesday, June 13

La despedida

Durante las dos semanas que han transcurrido desde que comuniqué mi intención de causar baja voluntaria, mis amos han intentado que me quedase, mis clientes me han gritado que no podía irme, y no he parado de recibir muestras de afecto. Todo me ha hecho sentir muy bien y en ningún momento he sentido pena por marcharme. Al contrario. Cuantas más llamadas y mensajes recibía, más me decía: “Ya hay que ser cagón para dar marcha atrás en estas cosas, joder. Como me quede, la gente se va a acordar de mí en lugar de Cagancho en Almagro”.

Así, decidí cortar cualquier arranque de contraoferta para preservar mi frágil equilibrio emocional, y me dediqué a poner al día a mis compañeros en los asuntos que quedaban pendientes y mis rutinas, y a escribir cartas de despedida, que al final han resultado ser unas siete.

Llegó el viernes, el último día que trabajé para mis antiguos jefes y el último día de jornada partida. Para celebrar esto último la empresa se pagó unas raciones de lomo, jamón, etc., y unas tortillas, aceitunas, y esas cosas del comer. Como quiera que después del ágape unos treinta compañeros habíamos quedado para almorzar, no tenía mucho margen de maniobra a la hora de elegir a qué invitarles por mi despedida.

Después de hacer un pequeño cocktail de ideas, a comienzos de la semana había elegido llevar unas chucherías (idea propia) y unos pasteles (idea de Dwalks porque la mía le parecía una mierda). Cuando digo chucherías, me refiero a nubes, dentaduras, cocacolas, regalices, etc., como en los cumpleaños.

El miércoles fui a un supermercado de estas porquerías que hay entre Cuatro Caminos y Alvarado. Hacía tiempo que no pasaba por allí y la verdad, creo que tardaré en volver a hacerlo. Prefiero mi barrio con sus carteles de Fangoria y de la sala Galileo a las calles enteras empapeladas con fotos de Julián Oro Duro, que no sé quién es pero ya le tengo miedo. Ved la foto y decidme sino, a ver.

Julián oro duro

No sé a quién despedía, pero me alegré mogollón de que no fuese a mí.

Me tiré toda la tarde del jueves haciendo bolsitas (más de 70), con las chucherías que había comprado. 150 piruletas, 125 nubes, 300 moras, 200 cocacolas, 125 dentaduras, 200 fresas de un tipo y otras 200 de otro, 500 platanitos, 175 regalices blancos rellenos de fresa, y otros 300 trocitos de regalices rojos rellenos de “nata”. Esa noche apenas pegué ojo con el pestazo que había por toda la casa.

Chucherías1

Chucherías2

Llegó el viernes y pude despejar las dudas acerca de si lo de los dulces era buena idea o no. La gente quedó encantada a pesar de que Dwalks les iba murmurando a la oreja, que si menuda tontería, que si son cosas de niños… Ay, qué cruz.

Antes de comer tuvimos el aperitivo subvencionado por la empresa, y justo a la mitad y con mi director delante, Dwalks mandó callar a todo el mundo para darme unos altavoces para el iPod y un tarjetón que me habían regalado entre todos. Se supone que en estos casos uno debe dar un discurso de agradecimiento y de despedida, y para ser sinceros, yo había pensado en algunas ideas que no contemplaban tener a mi director delante, así que lo que sucedió fue que me puse rojísimo y que pronuncié la secuencia de palabras más patética que recuerdo desde que le pedí una segunda oportunidad a mi antigua novia.

Pasado el mal trago fuimos a comer y a tomar unas copas. Yo, como me olía el percal, estuve las dos primeras horas a base de Coca Colas y de agua, y así pude aguantar hasta que el último, a eso de las 23:15 me dio el último abrazo-beso de buenasuertecuántotevamosaechardemenos.

Eso sí, también me dio tiempo a que ellos viesen que mi cambio me va a resultar más fácil porque les llevé a tomar la última donde había quedado con una Elza que se mostró en todo su esplendor, que es muchísisimo, y por donde pasó otra futura compañera no menos esplendorosa.

¡Qué ganas tengo de empezar, madre!

9 comments:

Tony Tornado said...

Cotizaron entre todos para el regalo o sólo D? Porque si fue entre todos, se podían haber estirado un poco más, no?

vas a currar en una agencia de modelos, desnudándote por dinero???

Es que sino, no entiendo la última parte! Nunca se tiene ganas de empezar a currar...


pos hala, te has ganau un bikachu de suerte!

said...

mmm chuches mmm. ñam, ñam. que te vaya bien.
Si, Cristina, soy Sá, pero ahora Cristina. en fin quizá empiece con algo nuevo. otro blog?

dwalks said...

los altavoces están de puta madre, él nunca se los hubiera comprado.

las palabras fueron algo así como "... y agradeceros tantos momentos agradables que hemos compartido todos estos años". bastante lamenetable, sí, cualquier conato de lágrima, desapareció en ese instante.

reconozco que al final me comí las chuches, pero insisto en que me pareció poco serio.

a ti que te regalaron tony? a ver el generoso, coño.

Tony Tornado said...

una bolsa de viaje tamaño maxi de G-Sus más fash que pa que y una chaqueta de estas bakalas que me gustan a juego...

Es que pusieron pasta muchos, que es a lo que iba, D, no te piques. Si es un regalo de todos o si sólo era tuyo y en un alarde de ratificar vuestro amor sodomita se lo diste delante de todos....

Anonymous said...

Sangre, sangre!!!!!!!!!!!

A ver si nos peleamos bien, leñes!!!!

nanyu fonseca said...

si, si, mucha suerte. y que envidia que empieces a trabajar en una agencia de modelos.

espero que saques fotos de tus compañeras, aunque sea con floripondios en lugar de cabezas.

el regalo no es tan mal, touny, aunque sea entre varios. en mi empresa, con eso de que somos muy vajcos, se regala una makila a los señores que se jubilan, lo cual es bastante mas cutre.

would said...

Que conste que el regalo es cojonudo y se oye estupendamente.

Y qué decir del tarjetón, con el que estuve 10 minutos llorando al día siguiente... ¡Vaya mierda! ¡Con lo que yo he dado por la empresa!

Tony Tornado said...

me habéis malinterpretado, destrutore!

que sus unos destrutore!

would said...

¡Que te calles ya, hombre!