Thursday, June 21

Adaptándome a los cambios

Este fin de semana he estado en Zaragoza, sí, pero si contara aquí lo que he hecho y lo bien que lo he pasado, quien lea a Dwalks o a Iván me tacharía de pesado, de utilizar más chistes fáciles que el primero y menos fotos que el segundo. Así que aquello es lo que hay. Yo pongo los enlaces para que cuando tenga 58 años y quiera acordarme de qué hice el fin de semana del 16 de junio de 2007, pueda hacerlo. Previsor es la palabra que buscáis.

Realmente, lo que no tendré que investigar para recordar es que el lunes he empezado en mi nueva empresa. Es más pequeña que la anterior, como mi nueva mesa, y el ordenador ni siquiera es un ordenador. Por el contrario, la moqueta está mucho más limpia y la temperatura es regulable por debajo de los 28 grados.

En este nuevo empleo voy a trabajar muchas más horas, pero creo que hacerlo en el ambiente en el que lo he estado haciendo estos tres días no me va a importar demasiado.

No paro un minuto, y a pesar de que llego a casa a partir de las nueve de la noche, me lo estoy pasando como Imelda Marcos en la feria de calzado de Alicante. Hasta este momento estoy muy satisfecho con el cambio y sé que voy a aprender mucho, mucho más.

Como a priori me preocupaba echar de menos un referente tipo Dwalks entre los compañeros, el primer día les llevé unas fruticas de Aragón para ganarme sus estómagos.

Además de haberles invitado a una ración de coliflor y un vaso de quina, hay pocas maneras más arriesgadas de ganarse a la gente que con frutas de Aragón. A mí me encantan, en serio, pero la mayoría tiene miedo de la fruta escarchada porque es incapaz de comprender sus orígenes y su naturaleza muerta.

Al segundo día les llevé a mis compañeras una caja con el lema “Chupar relaja” y llena de Chupa-Chups. Y por si esto también sonaba poco arriesgado, al tercer día mi director me ha pillado jugando al fútbol en el pasillo que hacen las mesas de la oficina. Al salir de la misma he vuelto a meter en una bolsa todas las cosas que ya había guardado en los cajones y las he traído a casa.

El problema es que intuyo que esto es solo el principio, porque tengo sentado enfrente un compañero tan parecido a mí que a la tercera hora del lunes ya estábamos vibrando en armonía, al son de lo de “Yo tengo un gozo en el alma GRANDE. Gozo en el alma GRANDE”.

Ya os contaré más cosas que han pasado y que seguirán pasando, pero lo más importante para mí ha sido encontrarme un ambiente tan sano y a este compañero que presiento que habría sido un amigo para mucho tiempo de no ser porque se va en septiembre.

Me temo que tendré que buscar un nuevo sustituto para Dwalks hasta que le convenza para que se venga a trabajar conmigo y con Elza. Esto mola.

18 comments:

Anonymous said...

Me alegro de tu alegría. A ver qué dices dentro de tres semanas.

dwalks said...

¿quién cojones es ese?

would said...

Joder qué mal rollo, Anónimo. Cómo suena a profecía apocalíptica tu comentario. Dentro de tres semanas espero poder decir que se acabaron las fruticas de Aragón.

Dwalks, tú siempre más, ya lo sabes. Patata. Pero es que este tío me ha ganado imitando a Sloth de los Goonies.

http://youtube.com/watch?v=YBi5GpgFPEw&mode=related&search=

http://youtube.com/watch?v=WowvLSEuHOs&mode=related&search=

Anonymous said...

¿Frutas de Aragón?
Después del chocolate con cabrales no conozco nada peor. Would, deja las drogas.

Hans said...

Quieta Leona, no me chafes los comments :-D

nanyu fonseca said...

jo, te envidio esa ilusion por llegar a casa del trabajo a las 9 de la noche... aunque depende de a que hora empieces, clarostá.

yo salgo a las 14:30 y estoy contentisimo.

Iván Payá said...

A ver qué dices dentro de 30 años.

Me alegro un montón. Que estamos todos aquí pendientes de a ver cómo se adapta el niño al nuevo colegio. Que me han dicho que los compis y los profes son muy majos, pero la reacción de cada niño es diferente.

Alegría que nos das, majo.

Troy said...

Cuidado con esta (falsa) sensación que además engancha.

Desde que la descubrí no puedo parar de cambiar de trabajo...

Anonymous said...

La primera impresión es la que cuenta. Estoy seguro de que tú también creas buen rollo y eso se nota en el ambiente.
Lo que está muy feo es lo de buscar sustituto para Dwalks, vaya fidelidad la tuya...
Saludos

Eride said...

Pues a mí me pareces dulce (aunque no me comería una fruta de esas ni borracha)

Claro que yo ahora tengo el corazón hecho una pasita. Si eso ya te vuelvo a comentar cuando se me ocurra una bordería.

:*

M. said...

Jo, pues a mi no me disgustan las frutas de aragón.

Eso sí, una al semestre como mucho :D

Tony Tornado said...

Iván, ¿qué son las fruticas de Aragón?

Iván Payá said...

Que te lo explique W, que yo no he tomado una en mi vida...

Anonymous said...

Lo que va dentro del roscón de reyes... ¿Eso también se come en verano? No puedes llevar heladitos como todo el mundo ¿no? De aquí dos días les apareces con el disfraz de rabano de una de esas ferias a las que vas (¿ibas?)

De todas formas conmigo funcionaría, pasarías a ser el tio raro de las frutitas e investigaría a ver que más rarezas tiene el nene. Los tienes en el bote seguro!

Olwen said...

Esa sensación... Estoy de acuerdo con Troy, engancha de lo lindo. Yo comencé trabajo nuevo en Marzo y aún vivo instalado en ella...

También me ha pasado con cada casa que he habitado en todas las ciudades en las que he vivido hasta llegar a mi lugar en el mundo.

Por cierto las frutas de Aragón tampoco me gustan. Son trozos de fruta escarchada bañada en chocolate. Me quedo con el chocolate puro...

Anonymous said...

Jo, qué pasa...? Ya toca post. Tanto currar y tanto currar, hombre ya!
Saludos

Iván Payá said...

Me alegro de tu alegría. A ver qué dices dentro de diez minutos.

Hans said...

Fruta de Aragón: fruta escarchada envuelta en chocolate de calidad '3ª B' y seguidamente empaquetada en papel de plata y plastiquillo de colores . Cada color se supone que implica que lo de dentro contiene una fruta determinada. Mentira: todo es calabaza, básicamente. Nauseabundas: no se os ocurra probarlas.