Monday, April 9

policía

A las 5 de la tarde del viernes estaba en el portal de casa de Berlín esperando que pasase con el coche a recogerme y salir de viaje. De pie en una calle de Malasaña con la espalda y una pierna flexionada apoyadas sobre la pared y leyendo el periódico. A dos metros de mí, en el soportal de un pub, un tío que debía tener mi misma edad y una borrachera de Asturias patria querida no paraba de cantar en inglés y gritar que se quería quitar la vida.

Me dio lástima verle así porque por lo demás tenía un aspecto de lo más normal. Aunque no me atreví a acercarme a hablar con él, le miraba de vez en cuando y nos hacíamos algún gesto con el pulgar hacia arriba y arqueábamos las cejas. En un momento se levantó y me pidió que le hiciese un favor de un euro. Le di la moneda y con las mismas se marchó de nuevo hacia la plaza del 2 de mayo agradeciéndomelo con aspavientos muy exagerados, gritando consignas antisistema y ofreciéndome el mini de cerveza que abandonaba aún frío en el suelo.

Volví a bajar la vista al periódico que tenía entre las manos y a los 30 segundos pasó por tercera vez frente a mí un coche con dos tíos más o menos de mi edad. En ese barrio es normal que hasta que aparcas no des tres, sino diez vueltas, así que no me sorprendió verles otra vez hasta que pararon justo frente a mí, bajaron del coche y caminaron hacia donde yo estaba mirándome a los ojos.

Por su puesto que apreté las maletas con las piernas porque estaba claro que venían a robarme. Y por supuesto que apreté el culo contra la pared porque también estaba claro que venían a sodomizarme.

- Policía. ¿Qué le ha dado usted a ese caballero? - dice el que más cerca está de mí mientras me enseña una placa y oigo un pitido corto y agudo que viene de mis pantalones como consecuencia de la pérdida total de control de mis esfínteres.
- Pues un euro que me ha pedido.
- Ahá. ¿Tiene usted el DNI aquí?
- Mmm, sí. Aquí está.
- …
- ¿…?
- ¿Vive usted aquí? (mientras anota mi nombre en una libreta).
- No, mi novia, que en un momento va a pasar a recogerme.
- ¿Hacia dónde ha ido el caballero que estaba con usted?
- Hacia la plaza - digo aunque esté pensando: “Si no me mata le llevo hasta él”.
- Muy bien, buenas tardes.
- Buenas tardes.

Un minuto después aparece Berlín con el coche y con cara de sientohabertardado, baja la ventanilla y me grita desde dentro: “¡No sabes la cantidad de policía que hay hoy aquí!” Y yo, que no lo sé pero me lo imagino, solo acierto a decir muy despacio: “Por favor, no digas nada y arranca”.

8 comments:

Tony Tornado said...

Siempre hay mucha poli en ese barrio, pero vamos, que acojonarte asín... No es muy propio de ti.

Además la segunda opción de lo que venían a hacerte tampoco es tan mala. A todo se acostumbra uno....

:P

Anonymous said...

Claro, te vieron con la camiseta de presidiario que te gastabas el otro día y querían comprobar si te habías escapado del trullo.

would said...

Sé que ha habido un problema gordísimo con Blogger y que por eso no se han podido dejar comentarios. Lo siento, creo que podré arreglarlo.

Tony, yo soy amigo de la policía, lo que me acojona es ver a dos tiparracos bajarse de un coche y venir caminando hacia mí sin apartar su mirada de la mía. Supongo que es porque he visto muchas pelis de Scorsese.

M., te aseguro que la camiseta me la cambié, que el viernes iba con una chaqueta Lacoste que decía "Soy inocente".

Iván Payá said...

¿No se puede dejar comments?

Anda, pues sí se puede!!

Anonymous said...

Yo quise dejar un comentario sobre la Cascada de Caozo en Valdastillas y no pude.

Anonymous said...

olé !.....hoy sí!

Anonymous said...

A mí me hicieron lo mismo el otro día en la calle cardenal cisneros, fumando un porrín, y también se me relajaron los esfínteres. Desenlace feliz (espero), apuntaron mi nombre debajo del tuyo en la libreta y se las piraron. No se llevaron las pruebas. Sudé más que alonso en malasia.

would said...

¡Qué alivio! Pensé que me habíais abandonado y me había puesto tristérrimo.

Chamberilero, es que van a traición, disfrazados de normales, y luego claro, a preguntar: "¿Esto que huele se lo ha tirado usted?"

País.