Sunday, April 2

La bendición tenía un precio

El viernes tuve un cumpleaños triple, que quiere decir que tres de mis amigos habían cumplido años en menos de una semana y se pusieron de acuerdo para invitarnos al resto a cenar y a tomar unas copas.

Aprovecho para, desde este humilde púlpito, animar a que esta excelente idea sea exportada a las bodas, acontecimientos exagerados se mire por donde se mire y que desde hace 3 años me traen loco por estas fechas. Así este año me evitaría no tener un solo fin de semana sin compromiso matrimonial desde el último de abril hasta el segundo de junio.

Pero hablando de otros temas y otras cosas, en la celebración del cumpleaños estaba mi amiga Elena, quien desde hace un par de meses está viviendo en Valladolid con su hermano y a donde fueron para abrir una sucursal de la empresa donde trabajan.

Después de muchos preparativos, de colocar mesas y sillas, de colgar cuadros y mover macetas y tiestos, que es algo que todos los hombres y mujeres orquesta con tambor, armónica y platillos accionados con los pies hemos hecho alguna vez en nuestros trabajos, llegó el gran día, el día de la inauguración.

Yo no estuve allí para verlo, pero al parecer se trató de un acto bastante social. Claro, que estoy pensando que cuando hay comida gratis la gente es capaz de reunirse hasta para ver una partida de ajedrez, pero bueno. El caso es que allí estaban tomando vinos y comiendo queso cuando apareció un sacerdote, o eso dijo, y al ritmo de lo del Ora pro nobis sacudió el brazo derecho primero en vertical y luego en horizontal, y dejó lápices y papeles bendecidos por la gracia de Dios.

Con todo el ajetreo a nadie se le ocurrió pensar que quien acababa de entrar pudiera ser el mismo que se cuela de gorrón en la bodas de nuestras primas, y después tampoco le dieron más vueltas salvo a que tal vez la oficina se había levantado sobre un antiguo cementerio indio.

Ahí quedó la cosa hasta que una semana más tarde apareció el mismo cura-bicho a preguntar qué tal iban las cosas por la oficina. "Muy bien, por aquí nada se mueve solo, padre". "Ah, estupendo. Verás, es que yo venía por lo de la voluntad, ya sabes hijo, la panoja. Lo habitual en estos casos son unos 60 o 70 euros". "Claro, claro y cómo se lo paso, ¿transferencia bancaria, giro postal, trae bacalaera para pasar la VISA, o con paypal?"

...

"Estooooo, ¿no admitirá usted cheques restaurant, verdad?"

8 comments:

would said...

Padre, si me estás viendo, perdóname.

En fin, que evidentemente el diálogo es inventado (en realidad le alfojaron la pasta y el tío, que yo sinceramente dudo que fuese cura, se marchó por donde había venido), pero como aunque la anécdota no es mía, la historia la cuento yo y le pongo el final que me apetece.

Que ya os estoy viendo a algunos, a D. por ejemplo, decir: "¿Y cómo sabes qué hablaron?" Pues no lo sé, coño, déjame en paz.

Pow said...

Este tipo de cosas son las que hacen que la iglesia sea una organización sin credibilidad. Parece un vendedor de mercachifles del tres al cuarto...

La teoría de unificación de eventos me ha parecido una buena idea. Deberías patentarla, antes de que algún alma envilecida, del tipo del cura pedigüeño, se deje caer por aquí y le saque partido ;-)

nanyu fonseca said...

otra opcion es celebrar el cumpleaños solo cada 3 años y te vas turnando con tus amigos.

al final entonces el tio ese noera cura, era jeta sin mas, no? o estoy muy espeso o no te explicas bien.

Iván Payá said...

QUE ME RADICALIZOOOOO Y ME BALCANIZOOOOO!! CURAS, AAAARRRGGGHHH!!!

Es oír hablar de la Iglesia y me entran unos sudores... (aunque igual se debe a que estoy con jersey dentro de casa, voy a quitármelo)

Abrazos!!

Tony Tornado said...

Iván, los sudores no serán por Would????

Iván Payá said...

Calla, Tony, calla, que suficientes dudas tengo yo encima como para que me metas tú más... (Que no me metas nada, Tony, leñes :-) )

Besos!!

would said...

Asumo que el post está escrito con el culo porque no se entiende (no solo te ha pasado a ti, Nanyu).

Resumo: no tengo ni idea de si el tío ese era cura o no, pero esta duda la tengo porque a pesar de mis temores, el gremio aún dispone de cierta credibilidad para mí.

De todas maneras, lo mejor del post ha sido la balcanización de Iván, sin ninguna duda.

Iván Payá said...

Gracias, gracias... (lágrimas corren por mis mejillas de la emoción)

Pues yo sí que he entendido el post, Would. Chincha los demás!! Pffff!! ;-P

Abrazos!!