Wednesday, September 29

la mochila


Acabo de cenar (huevo + atún + lácteo) antes de bajar al gimnasio, así que ahora tengo que hacer por lo menos 30 minutos de digestión antes de ponerme a dar pedales como los locos o de liarme a hacer abdominales hasta perder el conocimiento.

Por cierto, es verdad que se puede tener la mítica, atractiva y apetitosa "chocolatina", y aunque no es fácil llegar, lo difícil, como dicen los monstruos de Operación Triunfo, es mantenerse. El hambre, los malos hábitos y las lesiones consiguieron que no me durase más de 5 meses, pero mientras duró, disfruté más que nunca cada vez que me quedaba en bañador.

Estaba en casa echando cosas a la mochila, preparando lo que me tenía que bajar, y me he dado cuenta que de un tiempo a esta parte, estoy tardando una media de 10 minutos en tenerlo todo listo y terminar el tercer y último repaso mental para creer que no me he olvidado nada, cosa prácticamente imposible. A saber:

- Toalla del ejército: muy masculina y de color verde (es del ejército, claro). Pura fachada. Yo nunca hice la mili, ya tuve bastante con ver al soldado patoso en la Chaqueta Metálica, pero me siento más seguro llevándola. Realmente tiene más que ver con su funcionalidad, tamaño ideal y mi apatía manifiesta para salir a comprar algo nuevo.

- Gel exfoliante AXE:
Suelo alternar con otros de pH 5,5 que venden en las farmacias, y uno con olor a miel, regalo de mi hermana la alemana, que parece hecho con extracto de la Granja San Francisco.

- Champú NORMAL para cabello NORMAL de H&S: No sirve el de limón, ni el mentolado, ni el de cabellos grasos, ni el de cabellos secos. ¡YO SOY NORMAL! Imprescindibles sus ingredientes para corregir la sequedad permanente que dos años de Roacután provocaron hace casi 10 años en mi piel.

- Biotherm Homme T Pur - Crema Hidratante: después de sudar dando puñetazos más que el cocinero del infierno o después de 15 minutos de baño turco, la cara también necesita una ayuda para mantenerse en forma.

- Botella de agua: los paseos a las fuentes no son el problema. El problema son los buitres que acechan volando en círculos alrededor de las máquinas esperando tu menor descuido para abalanzarse sobre el aparato que estés usando y ponerse a entrenar en charlatanes grupos de 4 que no terminan en 1 hora. Un consejo: nunca te hagas el muerto, he visto actos salvajes de carroñería.

- 30 gr de Isopure de Nature Best sabor Tutti Fruti: después de llegar a 80 kilos el año pasado (1,74 cm), hace tres meses decidí que, si iba a seguir haciendo tanto ejercicio como para tener que estar comiendo a todas horas, debería cuidar algo más mi dieta. Resultado: 74,5 kg. Un botecito para tomarme el batido nada más ducharme (homenaje a la "ventana de proteínas de Microserfs"), un imprescindible también en la mochila.
Nota de opinión personal: Mucho mejor Isopure que Pro Whey.

Creo que ya he hecho la digestión y puedo entrenar... Imaginaos lo que falta: ropa limpia, zapatillas de deporte, gomina con ceras de frutas los viernes, vendas para no desollarme los nudillos dando puñetazos y patadas al saco de Fit-box ... olvidaré algo, seguro, igual que cuando la preparo.

Ah, claro: desodorante, guantes....

Friday, September 24

en la barra 7,50

¿Hay algo más triste que comer solo? Comer solo rodeado de locos.

Llevo toda la semana comiendo solo porque salgo de la oficina a las 14.00 para ir a la ¿clínica? de rehabilitación, y no termino hasta las 15.20, cuando todos mis compañeros están volviendo a sus mesas. Si esta semana habéis visto alguien jugando con los tenedores y los panes como Chaplin en La Quimera del Oro, o haciendo ventriloquia con la comida, como Carlos Arguiñano, ya sabéis de qué soy capaz.

El martes probé a comer un sándwich y volver rápido a la oficina, pero a las 18.00 decidí, puño en alto y con un cielo rojo sangre al fondo, poner a Dios por testigo de que no volvería a pasar hambre. Ni siquiera las barritas de cereales que guardo en el cajón para casos de extrema necesidad, como los exploradores llevan sus bengalas, consiguieron apaciguar el agujero negro que se había creado entre el cardias y el píloro.

Ayer terminé aún más tarde. Serían las 15:40 cuando concluí mis 5 ejercicios de 10 minutos cada uno para el tobillo, el masaje, el microondas en la espalda, el láser y los 15 minutos de hielo para la rodilla (no, no me construyeron con piezas de un desguace). No tenía mucho tiempo, así que entré al primer bar que encontré para comerme un plato del día sentado en la barra. Así sería más rápido. Lo que no sabía es que iba a asistir a una conversación alucinante entre la reencarnación de Akenatón, Arthur C. Clarke y Tristanbraker.

Escuchar a una señora rubia (Country Colors Tinte Sahara 20) con su copita de coñac, hablar con el camarero (uniforme triste, cara triste, figura triste) acerca de que la civilización egipcia era mucho más adelantada a la nuestra (por no hablar de los Incas, claro), y que nosotros nunca volveríamos a alcanzar un desarrollo similar, consiguió que la empanadilla se me quedase helada en los dedos, a medio camino de la boca.

A esto que llega el taxista (taxista estándar, mal encarado y humor de perros) y se incorpora al nuevo tema de la tertulia: Country Colors cuenta aún sobrecogida, 23 años después, su primer avistamiento OVNI. “¿Tú es que no crees en eso?”, me pregunta. “Señora, yo solo creo que el pollo está demasiado seco”. La conclusión a la que llegaron, lo juro, es que existe vida ahí fuera (¡Bien, Mulder!) y que nos están dirigiendo, aunque no dedujeron hacia dónde.

¿Así que nuestros hilos no los mueve ZP, sino bichos verdes con ojos almendrados de 10 cm de diámetro? “Pues no, no quiero café ni postre. Cóbreme, por favor”. Solo quería salir cuanto antes de allí a arrasar con las pilas y los víveres del supermercado para rellenar mi búnker antinuclear.

Además el cocinero ya estaba empezando a mirarme con cara de “Sabe demasiado”, y no quería acabar convertido en azúcar glass por el disparo de la recortada láser, regalo de los plutonianos, que guarda detrás de su colección de revistas de Año Cero.

Tuesday, September 21

tarjetas descuento

Abro mi cartera e inspecciono su interior. La tarjeta del seguro médico, la de la Seguridad Social, la Visa de la empresa, la de mi cuenta corriente (los del banco dicen que hay eco), el carnet del Blockbuster, una tarjeta del Kabuki Sushi Bar y... la tarjeta Iberia Plus, la del Autoclub Repsol, la de Cortefiel y el carnet de estudiante de la Escuela. Sí, y esto seguro que es poco para lo que la mayoría guardáis en el compartimento secreto de vuestras carteras, al lado de la típica foto de carnet en la que uno siempre sale peor que recién levantado de la cama con los ojos legañosos y los pelos aplastados en el más completo revoltijo(lo que no puede lograr el maquillador de Ámbar/Tamara lo consigue un fotomatón).

Al carnet de la Escuela no es que le tenga especial cariño, de hecho alguna experiencia personal me ha hecho coger cierta manía a esa Escuela y sus habitantes. Sin embargo, cuando yo estudiaba, los carnets de la Politécnica iban sin fechar, y ahora, siempre que no vayas con alianza o cogido de la mano de tu hijo, puedes beneficiarte de descuentos en la gran mayoría de los cines. Eso sí, a costa de renunciar a una pequeña porción de dignidad que la taquillera te arrebata al decirte, "Oiga, SEÑOR, es que este carnet no tiene fecha y usted parece mayor". La respuesta que más me divierte es "Sí, es que se me ha atragantado el Cálculo de primero".

El sábado, volviendo de Madrid, se me encendió la reserva del coche, así que paré a repostar en la primera estación de servicio que me encuentro, que resulta ser de Repsol. Me pongo esos guantes de plástico, que lo mismo sirven para coger la manguera del surtidor que para elegir las manzanas en el Carrefour, y lleno el depósito. Me acerco a la caja a pagar y al abrir la cartera encuentro la tarjeta del Autoclub Repsol (nosecuanto % de descuento en carburante). Le pido al cobrador que me la pase.

Según la estoy guardando, veo la tarjeta de Iberia Plus y me acuerdo que ahora, al echar gasoil, puedo volar gratis. Así que le pido al cobrador que me pase esta también. Sumo 1 miserable punto cada 15 EUR, pero oye, menos da un vuelo a La Coruña, casi.

Lo peor es que cuando salgo, todavía voy pensando en si habría conseguido puntos Movistar si hubise pagado a través del móvil.

Luego están la tarjeta de Cortefiel, que solo uso cuando me llegan a casa los vales con descuentos, el carnet de la FNAC, el de Lan Chile... seguro que me faltan un montón de carnets interesantes: el del amigo de los vinos, el del amigo de los libros, el del amigo de los discos, el del amigo de los amigos.... incluso el Carnet Madridista.

Es tal la fiebre de los puntos y los descuentos, que se extiende y está contaminando a la Administración, que lo próximo que va a hacer es el carnet de conducir por puntos. Espero que no sean los puntos del Carmageddon.

Thursday, September 16

regalos

¿Por qué soy tan calamidad a la hora de regalar algo? ´(o "Por favor, no me mires con esa cara según abres mi regalo").

A) No se qué querrá. Poco probable. Excepto en alguna rara ocasión en que una persona se me atraviesa y no me esfuerzo mucho, siempre me intereso por conocer a las personas. No es que sea un experto en el análisis social, pero tampoco soy un ermitaño que se alimenta de sopas de hierbabuena en la montaña. Además, esto sería absurdo cuando se trata de cumpleaños de amigos de toda la vida o de un hermano (con mis padres es otro cantar).

B) Se me olvida la fecha del cumpleaños. Erróneo. Antes sí que tenía que ir corriendo dos días después del cumpleaños a comprar urgentemente la primera cosa que viese en el escaparate de la primera tienda que hay saliendo del portal de mi casa; pero desde que cuento con la ayuda de mi Palm Tungsten T, no se me pasa ni uno, salvo cuando se me acaba la batería (siempre hay que tener una excusa a mano, ¿no?)

C) No me gusta ir de compras. Parcialmente cierto. Soy comprador compulsivo, especialmente cuando entro en la FNAC o Madrid Rock, por lo que trato de evitar siempre estos sitios para mantener mi cuenta corriente lo más saneada posible. No me gusta ir de tiendas cuando se que no me voy a comprar nada, pierdo la ilusión. Se está mejor tomando una caña en el bar o jugando al fútbol con los amigos.

D) Nada me parece suficientemente bueno / Si es que ya tiene de todo. Suena bien, ¿verdad? Pues es una mierda. Un consejo: nunca utilicéis esto, se puede volver en vuestra contra en las próximas Navidades.

E) Los regalos son algo más. Suena a reflexión profunda, pero es una faena, en serio. Mi dificultad para encontrar el regalo adecuado para cada persona aumenta proporcionalemnte con la intimidad que haya alcanzado ella. Si es alguien con quien tengo mucha amistad o cariño, trato de no regalarle el CD de su grupo de música favorito o el libro que siempre había querido leer. Me parecen regalos impersonales que no dicen mucho, aunque generalmente me vea abocado a comprarlos porque se me echa el tiempo encima.

F) Soy vago. No, se debe más a que me ha costado mucho tiempo engrasar la perfecta rutina de mi vida y rellenar un horario como los del cole. Saltarme la actividad programada de 19.00 a 20.00 para acercarme a cualquier tienda a comprar un regalo, es lo mismo que si me saltase la media hora de recreo. Si alguna vez os he regalado algo, y lo he comprado yo, debéis valorarlo el triple de lo que lo hicísteis cuando os lo di, así que ya estáis recogiendo los jerséis de pico y los pantalones de franela de la basura.

Gracias a Dios, he conseguido rodearme de gente tan buena como yo a la hora de hacer regalos y nadie te deja en ridículo cuando intercambias regalos de Reyes (hermana N., es la última vez que lo intentas), ni se sorprende cuando lo mejor que se te ha ocurrido regalarle es su undécimo libro de rutas en bici por la sierra de Guadarrama, o su cuarta camisa azul de rayas.

Monday, September 13

viernes inquietante

*Escrito el pasado viernes.

Es viernes y mis nervios son como los de una vieja ludópata que, sentada en su mesa del bingo, espera que canten el número que le falta para completar su cartón, mientras no puede parar de fumar compulsivamente a la vez que se muerde las uñas y maldice al hombre-serpiente que canta los números.

Después de una semana infernal en el trabajo, llega el último día laboral y necesito estar despierto después de haber celebrado ayer con mis amigos de Madrid que me pasaba un día por el barrio.

Me tomo unos cuantos cafés, con toda su cafeína claro; llegan un par de tareas extras a las que ya tenía programadas y que debo terminar en 12 minutos; el demonio bastardo de Murphy consigue que, por tercera vez en lo que va de año, para un día que no me afeito (voy a tener que empezar a pensar en afeitarme los viernes) tenga una entrevista sorpresa, ésta con una directora de nosequémovidamejicana; llego media hora tarde a rehabilitación y la chica que me da los masajes me clava una mirada asesina; en la carretera de la Coruña hay un atasco que llega hasta Plaza de España; llego a comer a mi casa a las 17:00 y mi hermano tiene puesta una película de Keanu Reaves. Para cortarse las venas.

No puedo bajar a la piscina a tomar el sol porque no hay, no puedo dormir la siesta porque mi cabeza está funcionando a 3000 rpm y no puedo ir al gimnasio a dar puñetazos porque he quedado a las 20.00 para jugar al pádel. Así que decido poner fin a la sequía de posts que estaba asolando el blog. Buena solución, porque a la velocidad que fluyen ahora mismo las ideas por mi cabeza, puedo conseguir escribir más y más rápido que los prolíficos Stephen King y César Vidal.

Un montón de ideas pasaron por mi cabeza esta semana para escribir en el blog. Dos tomaron especial fuerza, pero no la suficiente como para merecerse algo más que un resumen:

- la vuelta de las vacaciones (dura y larga, pero nada satisfactoria para nadie). Lo mejor: ver de nuevo a los amigos del cole. Lo peor: ver que hay algunos que están aún más morenos que tú.

- la participación española en las Olimpiadas. Aschwin Wildeboer, Tatiana Rouba y Nina Zhivanevskaia en natación, Kenji Uematsu en judo, Dimas Wood en vela, He Zhiwen en tenis de mesa y Glorie Alozie (no Aloisi) en atletismo, respondieron al anuncio del COE: “Se compran opciones de medalla. Razón: Comité Olímpico Español”. Al final la cosa de las medallas no salió tan mal.

Por fin me relajo un poco. ¿La grafoterapia ya está inventada, verdad?

fin del verano

* Basado en una idea original de Kurt.

Se ha terminado oficialmente. Me han cerrado la piscina y el fin de la jornada intensiva amenaza inminente. El verano dice adiós y es momento de hacer un repaso a lo que cada año prometen ser los mejores meses de los 12 y que siempre trae sorpresas y anécdotas.

Creo recordar que en algún post anterior ya reconocía mi manifiesta incapacidad para glosar anécdotas o categorizar cualquier cosa, ya sean peras, manzanas o pollitos de colores. Así que estos 10 recuerdos de este verano, ordenados cronológicamente, creo, son los que me vienen ahora a la cabeza. Seguro que los hay mejores, pero también os aseguro que los hay peores.

1. Empieza la jornada intensiva.Vuelvo a la vida. Me voy a Villalba y me apunto al gimnasio. Spinning, fit box, cardio box,... mi cuerpo se merece un descanso, pero no ha llegado el momento de dárselo. Vale, quizás 3 horas al día sean muchas, pero ¿hay algo mejor que hacer allí?

2. Jorge. Así se llama mi segundo sobrino. Me parece que éste va a ser aún más guapo que su hermano mayor. Además de que su nombre será menos escuchado. Lo que habría pagado por ver la cara de mi hermano escuchando por la tele que A. es, últimamente, el nombre más elegido para los niños nacidos en la Comunidad de Madrid.

3. Londres. Tiger Tiger. Noche inolvidable. Como LM. regresa definitivamente a España y es poco probable que volvamos allí, he decidido revelar el secreto del lugar más cachondo, sexualmente inquietante y perturbador de mentes que he conocido en mi vida. Allí es fácil perder la cabeza, así que ojito.

4. Galicia. Costa de la Muerte. Jugar al escondite con personas de 28 años es divertido. Abrirte la barbilla o torcerte el tobillo haciéndolo no. Doloroso a partes iguales el golpe y el recuerdo de que ya no tienes 9 años.

5. Villalba. Carretera a Moralzarzal. Escuchar a Bruce Springsteen de madrugada, tumbado al fresco y mirando las estrellas siempre me traerá buenos recuerdos. No insisto más en el tema.

6. Vuelve mi hermana. N. lleva unos 9 años viviendo en Alemania y aunque viene a España con bastante frecuencia, se le sigue echando mucho de menos. Siempre es una alegría verla, aunque cuando estuvo aquí se llevó el disgusto de que no podría devolverle la visita. Me gusta su rol de aglutinadora familiar. Cada vez que viene las sobremesas suben varios puntos.

7. Ir solo al cine a ver las peores películas de la cartelera. Disfruto muchísimo de esos momentos de self privacy. Introspección surrealista viendo a Halle Berry en cueros, literal. Bien, eso debe puntuar doble en las encuestas del psiquiátrico.

8. Altea. Difícil elegir entre las tardes buceando o el Sinatra’s.... ¡el Sinatra’s! Bailar en Benidorm con J. y Dwalks los grandes éxitos hiphopianos de la noche inglesa vale su peso en oro.

9. S. Una sonrisa contagiosa, un carácter abierto y divertido y un estilo que me encanta es lo que más me gusta de ella.

10. LM. se casa. Después de comernos 40 gambas, 10 langostinos, 5 caracoles, setas, chopitos, navajas.... nos dio la noticia. No fue del todo una sorpresa, pero sí que nos haya elegido sus testigos. Espero que no lo haga para que nuestras conciencias callen para siempre todo lo que conocemos de él. Debería saber que en una guerra de sacar trapos sucios, sería muy difícil saber quién de todos tiene más que perder.

Friday, September 10

derrotado

Efectivamente, la vuelta al trabajo ha podido conmigo. Los marrones que dejé antes de irme de vacaciones han estado acechando en los cajones, bandejas de entrada y archivadores para abalanzarse sobre mi espalda, apretar mi cuello y morder mis blanquitas nalgas en cuanto he vuelto.

He sido disciplinado y me he aplicado, pero esta travesía por el desierto promete ser larga.

Por cierto, la tendinitis del hombro se me ha curado sola, el tobillo sufre un esguince crónico y tengo sobrecarga bilateral en no sé qué músculos lumbares (Dios no concedió el don de la caligrafía a los médicos). Espero que los rayos láser del tobillo y las microondas para la espalda no me conviertan en un mutante terrible que se ponga verde cuando se enfade, le salgan branquias detrás de las orejas o le guste Tómbola.