Tuesday, September 21

tarjetas descuento

Abro mi cartera e inspecciono su interior. La tarjeta del seguro médico, la de la Seguridad Social, la Visa de la empresa, la de mi cuenta corriente (los del banco dicen que hay eco), el carnet del Blockbuster, una tarjeta del Kabuki Sushi Bar y... la tarjeta Iberia Plus, la del Autoclub Repsol, la de Cortefiel y el carnet de estudiante de la Escuela. Sí, y esto seguro que es poco para lo que la mayoría guardáis en el compartimento secreto de vuestras carteras, al lado de la típica foto de carnet en la que uno siempre sale peor que recién levantado de la cama con los ojos legañosos y los pelos aplastados en el más completo revoltijo(lo que no puede lograr el maquillador de Ámbar/Tamara lo consigue un fotomatón).

Al carnet de la Escuela no es que le tenga especial cariño, de hecho alguna experiencia personal me ha hecho coger cierta manía a esa Escuela y sus habitantes. Sin embargo, cuando yo estudiaba, los carnets de la Politécnica iban sin fechar, y ahora, siempre que no vayas con alianza o cogido de la mano de tu hijo, puedes beneficiarte de descuentos en la gran mayoría de los cines. Eso sí, a costa de renunciar a una pequeña porción de dignidad que la taquillera te arrebata al decirte, "Oiga, SEÑOR, es que este carnet no tiene fecha y usted parece mayor". La respuesta que más me divierte es "Sí, es que se me ha atragantado el Cálculo de primero".

El sábado, volviendo de Madrid, se me encendió la reserva del coche, así que paré a repostar en la primera estación de servicio que me encuentro, que resulta ser de Repsol. Me pongo esos guantes de plástico, que lo mismo sirven para coger la manguera del surtidor que para elegir las manzanas en el Carrefour, y lleno el depósito. Me acerco a la caja a pagar y al abrir la cartera encuentro la tarjeta del Autoclub Repsol (nosecuanto % de descuento en carburante). Le pido al cobrador que me la pase.

Según la estoy guardando, veo la tarjeta de Iberia Plus y me acuerdo que ahora, al echar gasoil, puedo volar gratis. Así que le pido al cobrador que me pase esta también. Sumo 1 miserable punto cada 15 EUR, pero oye, menos da un vuelo a La Coruña, casi.

Lo peor es que cuando salgo, todavía voy pensando en si habría conseguido puntos Movistar si hubise pagado a través del móvil.

Luego están la tarjeta de Cortefiel, que solo uso cuando me llegan a casa los vales con descuentos, el carnet de la FNAC, el de Lan Chile... seguro que me faltan un montón de carnets interesantes: el del amigo de los vinos, el del amigo de los libros, el del amigo de los discos, el del amigo de los amigos.... incluso el Carnet Madridista.

Es tal la fiebre de los puntos y los descuentos, que se extiende y está contaminando a la Administración, que lo próximo que va a hacer es el carnet de conducir por puntos. Espero que no sean los puntos del Carmageddon.

3 comments:

dwalks said...

haz como yo: ten todas y no pases ninguna (menos la iberia plus y la del vips, que no cuentan porque siempre te las piden y siempre las llevas). al principio cuesta un poco y hacerlo conscientemente te genera una sensación de estar regalando en dinero.

al poco tiempo es una liberación, créeme.

would said...

Algún día tendrás que contar la historia de tu tarjeta VIPS.

kurt said...

si, la historia de la tarjeta Vips de DWalks debe ser pública lo antes posible.