Thursday, August 10

A la desesperada


- ¡SUÉLTALA COBARDE!

Son las 9 de la mañana del domingo y con esta voz me ha despertado un tío bastante borracho recién entrado al autobús en el que desde hace media hora trato de dormir literalmente tirado encima de Berlín. La verdad es que me hace reír y me incorporo en el asiento.

Estamos en Torrelodones, acabamos de salir de la boda de una amiga de Berlín en el primer acto en sociedad al que me lleva, y aparte de que me he bebido como 10 gintonics y que he hecho el Top Escotes de la fiesta con uno que pasaba por ahí, creo que me he comportado bastante bien.

Detrás de nuestros asientos se coloca una pareja: una rubia bastante fresca y un tipo que no lo es. Intento dormir pero me pega el sol en la cara y me duelen los ojos. Tiro hacia adelante de la cortinilla para cerrar el paso de la luz, e inmediatamente hay un tirón hacia atrás. Repito la acción y se repite la reacción que suena con un "Jijiji. ¡Qué presión, qué presión!" en una voz fina, nerviosa y embriagada. "Será gilipollas" digo, "Pasa de ellos" dice Berlín.

Duermo, o al menos lo intento, durante gran parte del camino hacia Madrid. El conductor, un inútil que nos había perdido en el camino de ida, nos pierde también en el camino de vuelta. Me entran ganas de matarle, pero me vence el sueño.

- "Menos mal que he perdido el autobús de las 6. Conocerte es lo mejor que me podía haber pasado". Le dice el tipo de unos 37 años a la chica de 20 que tiene sentada a su lado detrás de nosotros.
- "Jijiji. Sí, ha estado guay". Contesta ella mientras miro a Berlín con cara de esto no puede estar pasando.
- Sí, creo que eres una chica muy interesante.
- Jijiji, gracias.
- Que sepas que cuando quieras puedes venir a mi casa de Altea para ir a dar una vuelta por el mar.
- Ay, me encantaría, pero tengo que estudiar derecho civil en verano.
¿Sabes? Derecho civil es una asignatura que me gusta mucho. Es tan... ¡tan como la vida!
- Sí, me gusta cuando hablas de tus cosas.

El conductor se ha saltado la parada programada del Bernabeu porque le ha salido de los cojones, y nos ha dejado a Berlín y a mí en medio de un desierto Nuevos Ministerios con media sonrisa en la boca. Mientras los demás siguen camino del hotel, le pregunto:

- ¿Tú qué crees?
- Que ni de coña. Es tan patético...

9 comments:

Tony Tornado said...

Las bodas es lo que tienen... ¡Cuántos posts dedicados a bodas!
Y siempre dan para anécdotas mil!

would said...

Espérate que empecemos con las anécdotas de las celebraciones de divorcios, Tony.

Pow said...

Pues a mí me da por creer que sí... Tal para cual. Aunque, eso sí, con un horizonte temporal bastante incierto.

¿Sólo 10 gintonics? A ver si te vas a estar haciendo viejo. Con esto de los 30, ya se sabe.

Anonymous said...

Yo vi una vez un documental de calamares con un ritual de cortejo muy parecido.

¿O eran pulpos?

Da igual. Conocerte es lo mejor que me ha pasado decia el bicho con media minga ya fuera.

Hans said...

Yo tengo una máxima: JAMÁS ESCUCHAR NADA QUE DIGA NADIE EN ESE TIPO DE AUTOBUSES, salvo lo que diga MBO a la que siempre hago caso. Así me ahorro el sufrimiento de ori cosas como que el "Derecho Civil es como ¿sabes? tan como la vida". El torerillo ese diciendo que el Derecho Civil es como un toro, o sea. Urghs.

Marina said...

Yo también creo que sí... aunque depende bastante del tono exacto de los "jijiji"

Y a mí que nunca me entran con frases así de interesantes y profundas, voy a tener que moverme más...

Iván Payá said...

Yo tenía un amigo en la uni que les preguntaba a las tías cosas como: "Y tú, a qué instituto fuiste?". Y ella: "Al Goya". Y él: "Aha... gran pintor!!". Y se las ligaba así!!

Cosas veredes, amigo Sancho. Apuesto por que chisclaron esa noche.

Nuestra competición de egos continúa, macaco.

Abrazos!!

Nepomuk said...

Qué poca sensibilidad Would... el amor es tan bonito... tan chachi... tan como la vida...

... y es tan duro no follar a los 37...

snifles... ya me he emosionao...

Troy said...

Así que ya te lleva a actos sociales... ¿eh?

Eso solo puede significar que ya me estoy comprando un chaqué para tu boda.

(Y prometo no incluir a Berlín en el ranking de escotes)