Wednesday, May 24

il messagero

Desde mediados de la semana pasada me he quedado sin padres porque se han ido a comer cangrejos, centollos, navajas y demás bichos con cáscara a Galicia. Para aquellos que se preocupen les diré que no hay por qué, que les está haciendo muy bueno y ninguno padece de gota.

Ante la soledad del hogar opté por dármelas de independiente, no exactamente de chico Sundance, vamos a ver, sino algo más "me cojo la ropa y me voy a dormir a casa de mi novia la independiente". Claro que visto así lo mío es una mierda de independencia.

En fin, el caso es que porque Berlín vive a 10 minutos andando de mi oficina, y también por lo otro, he estado un par de días durmiendo en su casa. Hasta hoy, que se va de viaje y me he vuelto porque no me apetece quedarme allí solo, que el edificio aún está en obras y todos los días recogemos con mucho asco un par de cadáveres de cucarachas.

Esta mañana me he levantado como un señor feliz a eso de las 8 y cuarto, me he duchado, afeitado, he desayunado sentado un zumo con tostadas y un café, y llegado a la oficina a las 9. Un lujo.

Al llegar allí me dicen que mi director y mi jefe se han ido corriendo a una reunión que tenían en Atocha y que se han dejado una documentación importantísima y que solo alguien de confianza podía llevarles. Así que¡Tatachán! me he envuelto en mi capa y me he subido a un taxi.

En el destino me han cacheado a la entrada y a la salida, y por poco no me dejan abandonar el edifico, que he tenido que subir otra vez cuatro plantas andando porque a alguien se le había olvidado sellarme un puto papel.

Una vez en la calle y aprovechando el día tan bueno que hacía he vuelto desde Atocha a Colón dando un paseo entre las esculturas de Robert Indiana (nombre que no puedo leer sin acordarme de los Hombres G), y también entre orientales con cámaras, mendigos de tabaco y de monedas, y libreros de oportunidades.

Al final del paseo había aprendido dos lecciones muy importantes:

- Una, que mi trabajo vale una mierda porque soy yo y no un mensajero quien tiene que hacer esos recados; y

- Dos, que a los treinta años o me estoy volviendo alérgico o un ciego, mocoso y de cara hinchada, que me ha dado un yuyu verme en el espejo del ascensor que casi me agarro una baja por depresión.

9 comments:

Pow said...

Es extraño cuando cambia la rutina. Casi le parece a uno estar de vacaciones...
Por cierto, ¿Qué tal llevas el tema fotocopias? Es una asignatura importantísima para cualquier 'persona de confianza' que se precie ;-)

Anonymous said...

My heart will go ooooon and ooooooon

Shakti said...

Y would, ya que estás, traenos unos cafeses, hombre, que te salen de bien...

Iván Payá said...

Y si retomamos el tema de las monedas de Shak??

:PPPP

Shakti said...

Yo propongo nuevo tema "el micropene de Iván"!!
xDD

Iván Payá said...

Más vale corta y gorda que larga y fina. Nuevo proverbio montenegrino.

Would, un regalito pa ti (y pa'l que quiera).

Iván Payá said...

Mierda, no funciona el enlace. Te lo dejo en texto plano (lo siento):

http://www.yousendit.com/transfer.php?action=download&ufid=BB7D2FBD1B82078F

would said...

Las fotocopias las llevaba mejor hasta que me enteré que podía morir cambiando el tóner. He dejado de hacerlo hasta que me traigan el equipo de fumigador que he pedido.

Eride, me has dejado mudo. Tienes una voz preciosa.

Shakti, el tuyo era con dos cucharadas de azúcar, ¿verdad?

Iván, [would pregunta con voz impostada] ¿qué hay de cierto en eso del micropene? ¿Y es verdad que Shakti siempre lleva suelto para el parquímetro?

¡¡¡MUCHAS GRACIAS POR LA SORPRESA!!!

would said...

...me quedo con el original.