
Ich, auch, mmph. Tengo pinchazos en las tetas.
Hacía mucho que no entrenaba en serio en el gimnasio, más de dos meses, y este domingo se me metió entre frontal y occipital que ya era hora de romper con la rutina de flojera y desidia en la que había entrado. Los músculos a un 50% de la consistencia y volumen normales no ayudan para nada a una autoestima que en Navidades sufre directos en el estómago en forma de cordero, polvorones, y marisco. Así que me calcé mis Adidas, mi chándal ’04 y mis guantes Reebok (perfectos para poder tener las manos como los escultores noruegos), y me fui al gimnasio a entrenar.
No encontré entrenando a ninguno de los habituales, un domingo a las 12:00 es difícil encontrar en el gimnasio a nadie que no sea un enfermo (debo pensar esto dos veces), así que pude hacer los 5 ejercicios de pecho rápidamente (press y poleas en plan estrella). Sabía que me darían agujetas, pero me daba igual porque... siempre que me permitan seguir moviéndome, ¡me gustan!
Para empezar, quiero desmentir que lo que se decía antes de que el ácido láctico que se libera durante el ejercicio se cristaliza y pincha los músculos, sea cierto. El ácido láctico no cristaliza ni a temperatura corporal ni a las que ayer nos permitieron ver nevar en Madrid.
Realmente, las agujetas provienen de micro-roturas fibrilares que se producen por un sobreesfuerzo muscular, como abrir un bote de mermelada Hero, y vienen acompañadas de una inflamación en el músculo afectado (no confundir esta inflamación con la tonificación muscular), y el vertido del contenido celular al exterior, incluidos los irritantes y dolorosos iones de calcio y de potasio que son el origen de los pinchazos.
Lo positivo de las agujetas es que forman parte de un proceso de selección de las mejores fibras musculares, en el que se eliminan las fibras débiles y atrofiadas, y las que consiguen aguantar se vuelven más fuertes. Lazies out!
Por cierto, para los que quieren comenzar el año dándole forma a su cuerpo y quemando los roscones y chocolates tomados en estas fiestas, las agujetas se pueden prevenir con vitaminas anti-oxidantes (C, E, y Beta-Carotenos) que podéis encontrar en verduras, aceite de oliva, zanahorias y cítricos.
Y si esto ya llega tarde, y alguien tiene agujetas y se quiere deshacer de ellas, lo mejor es el frío y repetir SUAVEMENTE los ejercicios que se las provocaron. Evitar la ingesta masiva de bicarbonato o agua con azúcar, porque, aparte de que estés más hidratado, y esto no significa una piel más tersa, sirven para poco más que llegar a provocarte náuseas, vómitos o incluso diarrea.
... Estoy muy mal, ¿verdad?
Es como la montaña de basura de los Fraggel, pero sin los Fraggle, cumpliendo al 100% el concepto de montaña y el de basura, mientras que yo me veo más como un curry, mis construcciones son devoradas por tíos más grandotes que yo.
En estas fechas se celebra en esta comercial calle de Madrid el casting para la nueva edición de Operación Triunfo y de los extras para las hordas de orcos del Señor de los Anillos. Yo desde luego, no me pierdo esta oportunidad. ¿Alguien quiere, por favor, llamar a los agentes de movilidad?
4. El Mensaje del Rey. Un borbónico repaso a lo que ha sido este año que invade todas las cadenas de televisión generalista a la misma hora. Una pena que no sea después de comer, ahora que no hay ciclismo, ayudaría a conciliar el sueño.
8. El sorteo de lotería. Normalmente la ilusión termina a las 12 de la mañana, momento en el que nos volvemos a cagar en el calvo que siempre sopla, pero nunca nos trae la suerte a nosotros. Aunque siempre queda interés por ver cantar a los niños y el disfraz que se ha puesto el excéntrico de todos los años, el Manolito el del Bombo de los sorteos de Navidad.


