El mismo día que Blogger publicaba su edición en filipino y yo cumplía 32 años, empezaba en mi nuevo trabajo.
El día antes de eso quedé a cenar con Kurt, Dwalks, Seiai, Elza y Berlín para que tuvieran ocasión de felicitarme los primeros y darme mis regalos, todos ellos muy caros y con mucha clase como corresponde a gente de nuestra posición. Las mejores cremas para la cara y los productos gourmet más exquisitos están ya en mi casa dispuestos a ser comidos y echados por el cuerpo indistintamente.
Laboralmente, por fin, después de 2 semanas de vacaciones y casi una de parado volví a trabajar, y la verdad es que se me hizo cuesta arriba. Tanto tiempo enganchado a cualquier cacho de carne que saliera por la tele, hizo que para pasar dos horas concentrado en una misma tarea me resultara tan agotador como escuchar tres misas seguidas.
Afortunadamente la primera toma de contacto tampoco resultó algo tan intenso como el olor de los kebabs o una actuación de Belén Rueda, sino que sucedió muy natural porque lo que voy a hacer a partir de ahora tiene T-O-D-O que ver con lo que había hecho los 6 últimos años y N-A-D-A con lo que hice los últimos 7 meses.
¿Por qué solo 7 meses? Pues porque cuando alguien con quien siempre has pensado que te apetecía trabajar te ofrece la oportunidad de hacerlo, no hay mucho que pensar. Desde el viernes, y como Dwalks anteriormente, voy a trabajar para unos alemanes, y mis funciones serán hacer lo que mejor sé hacer y viajar por todo el mundo para comprobar que todos lo hacen igual. China, India, Japón, Sudáfrica, Sudamérica, USA, Europa, e incluso Valencia, donde voy la semana que viene.
El viernes, además de tener un empleo nuevo como regalo de cumpleaños, me hicieron entrega de mis herramientas de trabajo: una Blackberry, un portátil y una VISA, lo que confirma que voy a convertirme en una mezcla de Marco y el tío Matt el Viajero.
Además, como voy a manejar una información tan ultraconfidencial, el portátil trae incorporado un lector de huella digital (que no pienso usar para que a nadie se le ocurra cortarme el dedo para acceder a la informaicón del portátil), varias claves de acceso, y Windows Vista para que en el caso de que te saltes los dos anteriores seas incapaz de abrir ningún archivo.
Cambiando de tema, hoy, invitado por una amiga, he ido al concierto de Lizz Wright, una mujer que tiene una voz suave y contundente, y un cuerpo enorme y una cabeza enana. Es, en sí misma, una contradicción. Una contradicción hermosísima. Os diría que os descargarais el disco para poder comprobarlo, pero ya que me han invitado a la entrada y me han pagado las copas, lo que tenéis que hacer es comprarlo ¡YA! Me lo agradeceréis.
Wednesday, February 20
Thursday, February 14
ARCO 2008
Después de dos semanas de vacaciones comencé ésta siendo una fila más en el EXCEL del paro. Afortunadamente no he pasado ningún nervio porque sabía que se trataba de una situación temporal con fecha de solución tan próxima como mañana, así que he continuado entregándome al hedonismo teniendo siempre en mente que podía morir mañana mismo y que hoy debía disfrutar al máximo, pero que también sería una putada que después de habérmelo gastado todo, haber contraído todo lo que cabe dentro de la definición de ETS de Wikipedia, y haber hipotecado mi hígado, tuviera que ir a trabajar al día siguiente.
Dentro de esta filosofía, ayer fui a comer cocido a casa de mis padres porque no hay plan mejor que éste. El segundo mejor plan era ir a ARCO y allí que fui con Iván, que teníamos los dos muchas ganas de echarnos unas risas a costa de los que muchas veces tratan de reírse de nosotros, o sea los artistas.
Aprovechando que Iván es amigo de uno de ellos, uno que además de ser de su tierra pinta de escándalo, fuimos con dos invitaciones a pasearnos entre la modernidad y el figureo, que es muy de nosotros el hacer esto. Peinados entre superconstruidos y deconstruidos, vestidismos ultratodo, y complementos de polipiel. Era todo tan lo más…
Entre pasillos de moqueta que hacían que los pelos de la gente estuviese siempre de punta, encontramos cositas como éstas:
- Bisectriz (línea semirrecta que divide un ángulo por la mitad)
Las dos cabezas que se ven son las de Iván y JNF, y lo que están pensando es cómo al tío de la imagen se le ocurrió subirse a la silla para hacer un picado de cabeza contra la esquina de la pared y quedarse ahí clavado. A mí lo que más me llamó la atención es que no había cortinas en las ventanas.
- Wait Until (Espérate un poquito).
Esto no es, ni más ni menos, lo que se ve en la foto: una copa al borde de una tabla que se mueve. Y ya.
Iván, que sabe mucho de todo, pero aún más de arte, consideró que la copa estaba ahí para que alguien la rompiese a do sostenidos. El detalle de la foto muestra cómo él mismo se tira del pescuezo para alcanzar agudos aún más grotescos. En una escala de 000 a 999 el gritómetro únicamente alcanzó 225. Muy pobre su performance.
- Aceitunas negras (un resumen de lo que son algunas secciones de la feria).
Estas cucarachas estaban evidentemente vivas, porque todo el mundo sabe que una cucaracha cuando muere tiene la deferencia de avisar poniéndose patas arriba.
- Ayuda al refugiado
Esta obra estaba en el stand de El País y es una cabeza gigantesca (podría ser la de Constantino Romero) rodeada de zapatos viejos.
Éste es el momento en que Iván, JNF y yo fuimos testigos de cómo un grupito de perroflautas, imprescindible en este tipo de actos, se metió en medio de todo ese montón de zapatos para cambiar los suyos por unos más nuevos que encontraran. Entre los visitantes hubo un par de taquicardias y un aumento generalizado de la sudoración provocado por una intensísima sensación de vergüenza ajena.
Y allí poco más. Nos despedimos todos camino del metro dándonos chispazos por culpa de la moqueta e iluminándonos en los rincones oscuros porque nosotros lo valemos.
Dentro de esta filosofía, ayer fui a comer cocido a casa de mis padres porque no hay plan mejor que éste. El segundo mejor plan era ir a ARCO y allí que fui con Iván, que teníamos los dos muchas ganas de echarnos unas risas a costa de los que muchas veces tratan de reírse de nosotros, o sea los artistas.
Aprovechando que Iván es amigo de uno de ellos, uno que además de ser de su tierra pinta de escándalo, fuimos con dos invitaciones a pasearnos entre la modernidad y el figureo, que es muy de nosotros el hacer esto. Peinados entre superconstruidos y deconstruidos, vestidismos ultratodo, y complementos de polipiel. Era todo tan lo más…
Entre pasillos de moqueta que hacían que los pelos de la gente estuviese siempre de punta, encontramos cositas como éstas:
- Bisectriz (línea semirrecta que divide un ángulo por la mitad)
Las dos cabezas que se ven son las de Iván y JNF, y lo que están pensando es cómo al tío de la imagen se le ocurrió subirse a la silla para hacer un picado de cabeza contra la esquina de la pared y quedarse ahí clavado. A mí lo que más me llamó la atención es que no había cortinas en las ventanas.
- Wait Until (Espérate un poquito).
Esto no es, ni más ni menos, lo que se ve en la foto: una copa al borde de una tabla que se mueve. Y ya.
Iván, que sabe mucho de todo, pero aún más de arte, consideró que la copa estaba ahí para que alguien la rompiese a do sostenidos. El detalle de la foto muestra cómo él mismo se tira del pescuezo para alcanzar agudos aún más grotescos. En una escala de 000 a 999 el gritómetro únicamente alcanzó 225. Muy pobre su performance.
- Aceitunas negras (un resumen de lo que son algunas secciones de la feria).
Estas cucarachas estaban evidentemente vivas, porque todo el mundo sabe que una cucaracha cuando muere tiene la deferencia de avisar poniéndose patas arriba.
- Ayuda al refugiado
Esta obra estaba en el stand de El País y es una cabeza gigantesca (podría ser la de Constantino Romero) rodeada de zapatos viejos.
Éste es el momento en que Iván, JNF y yo fuimos testigos de cómo un grupito de perroflautas, imprescindible en este tipo de actos, se metió en medio de todo ese montón de zapatos para cambiar los suyos por unos más nuevos que encontraran. Entre los visitantes hubo un par de taquicardias y un aumento generalizado de la sudoración provocado por una intensísima sensación de vergüenza ajena.
Y allí poco más. Nos despedimos todos camino del metro dándonos chispazos por culpa de la moqueta e iluminándonos en los rincones oscuros porque nosotros lo valemos.
Monday, February 11
Vaya
Hoy que iba a contar lo bien que lo había pasado el fin de semana con unos amigos en una casa rural, lo mal que he comido, lo interesante que va a ser mi nuevo trabajo y lo bonito que está el día en Madrid, me encuentro con que Dwalks cierra su blog por sorpresa.
Para ser sinceros esto no me causa casi ninguna pena porque al fin y al cabo voy a seguir teniendo actualizaciones suyas prácticamente igual que antes, pero sí que me tiene más estupefacto porque sabía del cariño que Dwalks le tiene a su blog. Si le conozco bien, ésta es una decisión que lleva meditando desde hace más de 3 meses, porque otra cosa no, pero a racional a Dwalks no le gana ni César Vidal (quizá la única persona que además escribe tanto como él).
Mi esfera blog cada vez se hace más pequeña, evidencia de que como le ha ocurrido a Dwalks, las prioridades cambian. Si tuviéramos 15 años le diría que la culpa de todo lo que le pasa es de las mujeres, también se lo diría si él fuese John Lennon y yo Paul McCartney. Si lo hubiera cerrado hace 6 meses le habría dicho que la culpa es del nuevo trabajo. Si lo hubiera cerrado dentro de 6 le habría dicho que lo hace por la derrota de España en la Eurocopa. Lo que indudablemente es ley de vida es que de pequeño te gustan los macarrones con tomate y jugar con los Clicks de Famobil, y de mayor el temaki de maguro e ir a los conciertos de los Rolling. Las preferencias varían con el tiempo.
Y hablando de tiempo, cuando comenzamos casi juntos la aventura blogspot los dos trabajábamos en una empresa en la que teníamos un horario que nos dejaba un montón de él libre para nuestros hobbies, y con tanto como teníamos ambos descubrimos lo divertido que resultaba divagar y escribir. Sin embargo, cuando con el cambio de trabajo el tiempo se ha convertido en un bien escaso, él vuelve a darme una lección. Mientras él se retira con un blog saneado y de buen aspecto, yo mantengo al mío con apenas una actualización semanal. Él es la Marisol que se retira en lo alto, y yo la Marujita Díaz que se arrastra por los platós pidiendo unos minutos de atención.
En fin, ¿alguien quiere hacer un montaje conmigo ahora que Dwalks me abandona? Yo llamo a los fotógrafos.
Para ser sinceros esto no me causa casi ninguna pena porque al fin y al cabo voy a seguir teniendo actualizaciones suyas prácticamente igual que antes, pero sí que me tiene más estupefacto porque sabía del cariño que Dwalks le tiene a su blog. Si le conozco bien, ésta es una decisión que lleva meditando desde hace más de 3 meses, porque otra cosa no, pero a racional a Dwalks no le gana ni César Vidal (quizá la única persona que además escribe tanto como él).
Mi esfera blog cada vez se hace más pequeña, evidencia de que como le ha ocurrido a Dwalks, las prioridades cambian. Si tuviéramos 15 años le diría que la culpa de todo lo que le pasa es de las mujeres, también se lo diría si él fuese John Lennon y yo Paul McCartney. Si lo hubiera cerrado hace 6 meses le habría dicho que la culpa es del nuevo trabajo. Si lo hubiera cerrado dentro de 6 le habría dicho que lo hace por la derrota de España en la Eurocopa. Lo que indudablemente es ley de vida es que de pequeño te gustan los macarrones con tomate y jugar con los Clicks de Famobil, y de mayor el temaki de maguro e ir a los conciertos de los Rolling. Las preferencias varían con el tiempo.
Y hablando de tiempo, cuando comenzamos casi juntos la aventura blogspot los dos trabajábamos en una empresa en la que teníamos un horario que nos dejaba un montón de él libre para nuestros hobbies, y con tanto como teníamos ambos descubrimos lo divertido que resultaba divagar y escribir. Sin embargo, cuando con el cambio de trabajo el tiempo se ha convertido en un bien escaso, él vuelve a darme una lección. Mientras él se retira con un blog saneado y de buen aspecto, yo mantengo al mío con apenas una actualización semanal. Él es la Marisol que se retira en lo alto, y yo la Marujita Díaz que se arrastra por los platós pidiendo unos minutos de atención.
En fin, ¿alguien quiere hacer un montaje conmigo ahora que Dwalks me abandona? Yo llamo a los fotógrafos.
Tuesday, February 5
Supermartes
Durante estas vacaciones forzosas estoy aprovechando para hacer todas esas cosas para las que no encontré tiempo mientras estaba tan "ocupadísimo" con el trabajo, como por ejemplo: ir al mercado a hacer la compra, pasearme por las tiendas para disfrutar la agonía de las rebajas, y sentarme en un banco y echar de comer a las palomas. Estoy asumiendo tan bien mi nueva situación que estoy planteándome la idea de comprar un perro y suscribirme al ABC.
También he decidido plantar cara a mi bruxismo de reciente detección. Se ve que el hecho de que tenga más cemento en la boca que el que hay en la presa de las Tres Gargantas en China no es culpa de que mi esmalte sea de tercera, que es tan bueno que de Roca me han llamado ya tres veces para tomarme muestras y utilizarlo para bañar sus lavabos, sino de que llevo un porrón de años machacándome la mandíbula a base de apretarla más que el público de un concierto de los Rolling.
Después de este párrafo en el que no se me ha ocurrido nada más exagerado que poner, quiero aclarar que el bruxismo no tiene nada que ver con el cronismo, y también quiero romper una lanza por aquellos valientes que se atreven a cambiar de dentista porque ellos conocerán una segunda opinión. Valga mi experiencia en la que donde para uno había un desgaste del esmalte por un cepillado excesivo, otro veía una evidencia de bruxismo, que es como decir que, tratándose de la duquesa de Alba, donde uno ve una anciana entrañable, otro ve la futura plusmarquista nacional de salto con pértiga.
Ahora ya tengo mi férula de descarga, que es como un protector bucal adaptado a mi dentadura y hecho con resina dura, y que en principio deber servir para que relaje la musculatura de la mandíbula. Estoy contento con él a pesar de que aún no consigue que relaje y de tratarse del juguetito más caro que me he comprado y que no puedo enseñar porque visto en fotografía tiene que resultar tan agradable ver un herpes genital.
Y como no puedo colgar fotos de esto, voy a colgar esta otra cosa que ha revolucionado mi armario de los desayunos:
Soy bastante fan de alternar compras llenas de productos de marcas blancas, con compras en tiendas de alimentos de importación y/o delicatessen. Esto lo encontré evidentemente en una de estas últimas y me vais a permitir que os traduzca del envase cómo debe prepararse:
"Vierte impaciente la leche en un vaso. Con una sonrisa en la cara, añade de 2 a 4 cucharadas de NESQUIK para conseguir el sabor que más te guste (creemos que 3 cucharadas es lo mejor).
Trata de no SALTAR de emoción mientras remueves y...gulp... ya puedes disfrutar del requetedelicioso sabor de NESQUIK".
No me digáis que no es excelente. Además la palabra sonrisa tenía forma de sonrisa y la palabra saltar daba la impresión de estar saltando. Es, sin duda, el tipo de producto que veo tomando a Kiko Pantoja y Borja Thyssen en sus desayunos. El tipo de producto que yo debía tomar.
Su sabor es exactamente igual que el de los batidos de fresa tipos los que venden en los pasillos de los supermercados y en las tiendas de coloniales, aunque su aspecto en polvo echa un poco para atrás de puro artificial.
Ahora, con vuestro permiso, voy a disfrutar de la "scrummy yumminess" de un vaso de Nesquik de fresa, y voy a lavarme los dientes para ralajarme.
También he decidido plantar cara a mi bruxismo de reciente detección. Se ve que el hecho de que tenga más cemento en la boca que el que hay en la presa de las Tres Gargantas en China no es culpa de que mi esmalte sea de tercera, que es tan bueno que de Roca me han llamado ya tres veces para tomarme muestras y utilizarlo para bañar sus lavabos, sino de que llevo un porrón de años machacándome la mandíbula a base de apretarla más que el público de un concierto de los Rolling.
Después de este párrafo en el que no se me ha ocurrido nada más exagerado que poner, quiero aclarar que el bruxismo no tiene nada que ver con el cronismo, y también quiero romper una lanza por aquellos valientes que se atreven a cambiar de dentista porque ellos conocerán una segunda opinión. Valga mi experiencia en la que donde para uno había un desgaste del esmalte por un cepillado excesivo, otro veía una evidencia de bruxismo, que es como decir que, tratándose de la duquesa de Alba, donde uno ve una anciana entrañable, otro ve la futura plusmarquista nacional de salto con pértiga.
Ahora ya tengo mi férula de descarga, que es como un protector bucal adaptado a mi dentadura y hecho con resina dura, y que en principio deber servir para que relaje la musculatura de la mandíbula. Estoy contento con él a pesar de que aún no consigue que relaje y de tratarse del juguetito más caro que me he comprado y que no puedo enseñar porque visto en fotografía tiene que resultar tan agradable ver un herpes genital.
Y como no puedo colgar fotos de esto, voy a colgar esta otra cosa que ha revolucionado mi armario de los desayunos:
Soy bastante fan de alternar compras llenas de productos de marcas blancas, con compras en tiendas de alimentos de importación y/o delicatessen. Esto lo encontré evidentemente en una de estas últimas y me vais a permitir que os traduzca del envase cómo debe prepararse:
"Vierte impaciente la leche en un vaso. Con una sonrisa en la cara, añade de 2 a 4 cucharadas de NESQUIK para conseguir el sabor que más te guste (creemos que 3 cucharadas es lo mejor).
Trata de no SALTAR de emoción mientras remueves y...gulp... ya puedes disfrutar del requetedelicioso sabor de NESQUIK".
No me digáis que no es excelente. Además la palabra sonrisa tenía forma de sonrisa y la palabra saltar daba la impresión de estar saltando. Es, sin duda, el tipo de producto que veo tomando a Kiko Pantoja y Borja Thyssen en sus desayunos. El tipo de producto que yo debía tomar.
Su sabor es exactamente igual que el de los batidos de fresa tipos los que venden en los pasillos de los supermercados y en las tiendas de coloniales, aunque su aspecto en polvo echa un poco para atrás de puro artificial.
Ahora, con vuestro permiso, voy a disfrutar de la "scrummy yumminess" de un vaso de Nesquik de fresa, y voy a lavarme los dientes para ralajarme.
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