Wednesday, May 2

Fragmentos

Después de 5 días sin hilar dos ideas como celebración del puente del Día del Trabajo y del de la Comunidad de Madrid, algo que me apetece poco es teorizar, así que haré un breve repaso de lo que ha sido el tránsito jueves-jueves.

Brutal fue el concierto de los Scissor Sisters el jueves en La Riviera. A las 18:30 no tenía entrada, pero CF me consiguió una a última hora. Y gratis. No paré de reír y de bailar junto a Dwalks, Kurt y su hermana. Sin duda este ha sido el mejor concierto al que he ido en los dos últimos años, y sin duda Jake Shears el mayor espectáculo.

Desconcertante es mi cambio de imagen. El viernes fui a la oficina con los pelos que se me quedaron después del concierto y generé no menos de 12 comentarios, la mayoría aprobadores, pese a que las posibilidades de mi pelo son las mismas que las del de un Geyperman.

Triste ha sido enterarme de que mi sobrino mayor es celíaco. Pensaba que esta enfermedad no podía manifestarse después del nacimiento, pero así es. Al parecer no se le pueden retirar los alimentos con gluten hasta que se le haga la prueba definitiva para que los resultados no salgan falseados, algo especialmente duro para sus padres que tienen que “envenenar” conscientemente a su hijo, a quien ya están hartos de ver vomitar, enfermar, y entristecerse.

Reconfortante fue mi paseo de ayer con unos amigos por Cercedilla. Estuve caminando entre los pinos cubiertos de nieve mientras desde las hojas nos caían los pegotes del deshielo. Después de un fin de semana absolutamente vacío me hizo sentir que el tiempo volvía a servir para algo. Ya de vuelta en Madrid, acabamos tumbados al sol en el césped de mi escuela. Recuerdos.

Mayor me hace sentir lo que ha pasado estos días en el Dos de Mayo. Esta mañana, como cada día, Berlín y yo hemos comprado El Mundo y El País, y me ha embobado ver cómo incluso en esta noticia el enfoque es tan distante. Según El Mundo la policía cargó contra los botelloneros después de que alguno de ellos agrediese a una compañera que iba a detenerle por beber en la calle. Los policías entraron al Dos de Mayo para arrestar al agresor y fueron recibidos a pedradas y botellazos, hicieron uso de la fuerza y se desencadenó lo que ha salido en los telediarios.

Según El País, los policías hicieron cargas indiscriminadas contra todo el que paseaba por el barrio de Malasaña. Estaban los chavales bebiendo sus botellas en silencio sentados en los bancos de piedra de la plaza, celebrando las fiestas del Dos de Mayo, cuando la policía entró a molestarles porra en mano y ensañándose especialmente con los que pasaban por allí. A todo el que decía “Yo no he hecho nada, señor guardia”, porrazo. Ni los grises.

Como vecino puedo decir que el lunes, volviendo a casa a las 4 de la mañana después de tomar unas copas con Dwalks y Elza, tuve que atravesar un grupo de unos 50 policías y no me llevé ningún porrazo, aunque estoy seguro de que si hubiese visto bronca y hubiese sido tan estúpido de querer pasar por el medio me habría llevado tantos palos como pedradas.

Pienso que a estas cosas van siempre agitadores profesionales con sus sudaderas con capuchas. Arman follón, salen corriendo y el que se lleva los palos es el que está en el lugar inadecuado en el momento menos oportuno.

Lo más espectacular de todo es la capacidad de cicatrización del barrio. Esta mañana, nada más levantarnos, hemos ido a comprobar el estado del coche de Berlín y no he visto ni un contenedor quemado, ni un escaparate roto, ni vidrios en el suelo.

Ninguna son las ganas que tengo de madrugar mañana para ir a trabajar.

7 comments:

Troy said...

Estamos mayores Would... estamos mayores...

(Y no te preocupes por lo de enano que en poco tiempo se lo confirmarán, o no, y volverá a hacer vida normal)

Troy said...

¿Qué tipo de comment de abuelo he hecho?

Sí, estoy mayor, sí...

Hans said...

IMPONENTE ha sido esta entrada tan diestramente redactada, sobre todo en cuanto al sesgo de los medios.
TRANQUILO has de quedarte en cuanto a lo de la condición celíaca, ni en cuanto al hecho de que haya de seguir tomando alimentos con gluten de momento. Es como las curvas de glucemia de los diabéticos, que se hacen a base de chutar glucosa en estado puro a ver cuánto sube. El cuerpo acaba asimilando todo, aunque entre tanto sea incómodo. Y por lo que respecta a su futuro, problema cero. Ya lo verás.

Anonymous said...

Es verdad lo que dices "del día después". Si no llego a ver las imágenes en los informativos ni me entero. Y vivo en pleno barrio de Malasaña. Claro que eso debe pasar a unas horas imtempestivas para mi...
Drab, dime a qué hora y yo salgo también con la cazuela. Es que ya es una pasada. A un vecino le han quemado su Vespita. No hay derecho, joer, nos gastamos cada años miles de euros en nuestra comunidad entre pintar la fachada de graffitis y arreglar la puerta de entrada y otros desperfectos.
Será que estamos mayores, sí, porque antes no recuerdo que me molestaran tanto los botellones.
Saludos

Iván Payá said...

Me uno al sentimiento generalizado de que estamos mayores y que no entiendo (bueno, nunca he entendido, ni aun cuando tenía 14 años) a la gente que sale a montar gresca a la calle. Yo es que soy muy pacífico y creo mucho en el orden y la tranquilidad.

Dicho esto, dos apuntes, though:

1) los precios suben y los salarios no (al mismo ritmo, I mean), el nivel económico de la gente empeora y hay mucha peña que no puede permitirse salir y pagar 9 euros por un cubata, cuando comprándolo en un super y sentado en la calle les cuesta de 3 a 4 veces menos. Nunca he hecho botellón (más que nada porque soy abstemio y mis amigos nunca han tenido problemas económicos) y no me agrada nada el espectáculo, ni el del durante, ni el del después. Pero detrás de ello hay un problema de fondo no poco preocupante.

2) La poli... Joder, la poli. Os aseguro que hay algunos a los que no les hace falta más que una mirada de asco por parte de un manifestante (en las manis con riesgo de disturbios) o un comentario airado (aunque no insultante) por parte del botellonero de turno para que saquen la porra a pasear. Por ejemplo, yo en Gijón hace unos tres años vi algo similar, y no pude dar crédito. Gracias a Dios, no es lo generalizado, y lo que cuento son casos aislados, pero cuando hay cargas, estas situaciones, créeme, se dan. Que tú no las vieras cuando pasaras, es normal (si fuera al contrario, que sólo por pasear la poli te pegara, estaríamos en la Argentina de Videla o en el Chile de Pinochet), pero apuesto lo que sea a que se cometieron excesos por parte de la poli en algún momento. No hay que olvidar que ellos tienen la fuerza de las armas y el ciudadano (por lo general) no. Ellos tienen el deber de usar esos medios con responsabilidad y proporcionalidad. Y en algunos casos se exceden. Lo cual no se debe tolerar, ya que reciben un sueldo para poner orden siempre con causa justificada.

Pero bueno, no me hagas mucho caso, que soy un rojo.. :-P También quiero añadir que deploro la quema de contenedores, rotura de árboles, destrozo de coches... todo lo que sea del ciudadano, vamos. Mucho asco me dan quienes hacen eso. Eso sí, ya no siento la misma pena cuando veo alguna luna rota de una sucursal bancaria o un McDonald's, jiji...

Lo de tu sobrinico: tranqui, tío, y no lo decimos por decir. Eso ahora está super acotado y tratado. Al pobrete le supondrá un plus de molestia a la hora de elegir lo que va a comer, pero poco más. Calidad de vida al 99,99% como la de los demás.

Abrazos, majorrr.

Hans said...

Iván Payá, no, no y mil veces no a las dos partes de tu argumento.
a) No es admisible que critiques a la Policía sobre la base de la hipótesis (sin prueba alguna) de que 'seguro que se pasaron en algún momento'. Lo único cierto y verdad es que una cuadrilla de hijos de puta empezaron a hacer el cafre (hecho objetivo), destrozaron mobiliario urbano (hecho objetivo), asustaron y molestaron a los residentes del barrio (hecho objetivo). Estaban buscando gresca y provocando a la Policía. Luego que no lloren si les canean. Es lo que tiene: si te la juegas, te puedes llevar una hostia. Luego no vayas a llorar a mamá (a mamá prensa en este caso)
b) En cuanto a lo de la pasta: cierto, pero sólo en parte. Jamás necesité ponerme brutalmente ciego todos los viernes y sábados a partir de los quince. Ni yo ni ninguno de mis amigos. La Plaza de los Sitios (lugar que conoces y donde vivo) se llena de niños con ropa de marca a hacer botellón. Por el precio de unos vaqueros de esos pueden estar pagándose copas en garitos durante eones. No es una cuestión económica, o no fundamentalmente. No repitas aquí el argumento que ellos sueltan (copiado de la prensa) entre balbuceos alcohólicos cuando me los tropiezo a la puerta de casa.
Y perdón por la contundencia: es un tema que me tiene caliente.

nanyu fonseca said...

joder, ahora Ivancico postea en los comments de Would? eso se avisa, que ya estaba preocupado mirando tu blog congelado!