Thursday, April 28

el cuerpo del delito

Promesas son hechos.

Aquí me tenéis en versión pollino.





Sentencia: Si finalmente salgo culpable, durante toda la semana que viene cambiaré a los chinos furiosos de mi foto por el borrico cachondo.

Nota: Le he devuelto el nombre a Berlín, que me ha dicho que le gustaba más.

Wednesday, April 27

el caso del regalo con segundas

En pie [...] Preside la causa el honorable Sr. D. Juez. [...] Señores y señoras del jurado, presento a continuación los hechos que antecedieron al regalo, la semana pasada, de este borrico (cachis, a ver si mañana me puedo traer las fotos), por parte de Berlín al acusado, porque dice que le recuerda a él.

La acusación:

Punto primero: El acusado es una persona a la que solo le gusta discutir cuando está convencida de sus ideas. Esto es así porque está seguro que el mundo sería mucho mejor si todos pensasen como él. De hecho, escribe un blog que está enmarcado dentro de un proyecto de adoctrinamiento de masas fundamentado en el Libro Rojo de Mao mezclado con el guión de La Invasión de los Ladrones de Cuerpos.

Punto segundo: Es una persona poco razonable (“¿No podrías...? Nooop” ; “Es que si tú..., Nooop”; “Si yo lo que digo..., Nooop”), infantil y poco flexible (“¿Poco flexible? ¡Mira, mira, mira! ¡Toma pino puenteee!”).

Punto tercero: Es más seco que el papel de cocina. Capaz de soltar por su boquita perlas como “Lo tuyo es lo peor” después de que cada uno eligiese comida para los dos; “Tú sabrás lo que te conviene” tras recibir una velada amenaza de distanciamiento en busca de atención; o “No me gusta nada eso que llevas puesto”.

La defensa:

Punto primero: Cuando no estoy tan convencido de mis ideas, no me gusta que me las manipulen. Al fin y al cabo son mías y si las tengo que cambiar, ya lo haré cuando esté solo en casa para poder llegar al día siguiente diciendo lo contrario que el día anterior y con la coletilla: “¡Es que no te acuerdas de nada y luego encima me dices que cambio de opinión! ¡Si me hubieses escuchado ayer!”.

Decir esto y dar media vuelta con la barbilla alta me da un aire a Grace Kelly, ciertamente.

Punto segundo: El problema no es mío. El problema es que las propuestas no son nunca las correctas. Un “¿Quieres que te lleve a ver una lucha mujeres en el barro?” o “¿Qué tal si este fin de semana llevo yo el coche para que te puedas mamar con tus amigotes?”, bastaría para invertir la tendencia.

Punto tercero: Es absolutamente falso que sea seco. Me falta imaginación para mentir y suelto lo primero que me viene a la cabeza. Prueba 1: puedo estar horas sin decir nada (leed de nuevo frase anterior). Prueba 2: el domingo, después de llegar 2 horas tarde, y después de que Berlín me dijese que tenía que hacerle la pelota por ello, sólo conseguí poner cara de estúpido con camisa nueva de franela y decir ¡Hoolaa! (poned la voz del monstruo de los Goonies, es la correcta).

Punto cuarto: Juro que yo no estuve en el lugar de los hechos cuando éstos sucedieron.

Señoría, señoras y señores del jurado, emitan su veredicto.

Tuesday, April 26

De nuevo por Almería

Después llegar ayer a mi casa a eso de las 00:30 y quedarme despierto hasta más de la 01:30 para ver cómo un par de elementos se daban lo suyo a base de bien en La Granja (“¡Qué pinga más rica!” lo resume todo), hoy me he levantado a las 05:00 para irme para Almería a hacer de nuevo de au pair (¿se escribe así?), acompañando a un señor mayor que afortunadamente no tenía ningún vicio raro.

Nada más despertarme, y justo después de estampanar el mando de la tele contra el suelo porque pensaba que era el de la cadena de música y que no funcionaba para apagar el despertador, me he levantando con un pie que juraría que era el izquierdo, no por nada, sino porque me ha parecido ver el dedo gordo a la derecha de otros cuatro más pequeñitos.

He cogido la ropa sucia del día anterior, he pasado por la cocina, y la he tirado a la basura. He puesto un tazón con leche, azúcar y Cola Cao a calentar en el microondas. He dado media vuelta hacia el cubo de la basura, he recogido la ropa sucia y la he echado a la lavadora. Así, sin mover una ceja.

Me he ido con otro montón de ropa a la ducha y me he metido debajo de la alcachofa a recibir un agua bien, pero bien calentita. Demasiado para ese amago de persona que era yo a esas horas, así que he girado el monomando un poco más a la izquierda… nada, que me sigo quemando, otro poco más a la izquierda… yyyy, ¡sí señor! Ahí está Would en la ducha en coreografía de salto, brinco, taco, salto, salitito mariquita, gritito de puta, y frotamiento en la piel enrojecida en plan poco hecha por favor, para calmar el escozor.

Me visto, llamo a un taxi para que venga a recogerme y bajo a la calle. Pasa el tiempo y hace fresco, mi reloj echa humo y el avión no espera. Pasa el tiempo, pasa el tiempo, sigue pasando el tiempo... y yo allí con mi flor como un gilipollas, madre.

Ya no pasa el tiempo, ahora el que pasa soy yo, y mayormente del taxi que había llamado porque me subo al primero que pasa, que además resulta ser de la competencia, así que entro y pronuncio un bajito ¡Te jodes!, cuando me cruzo 50 metros más adelante con el que iba a recogerme y que llegaba 15 minutos tarde. Luego me ha dado cargo de conciencia y he llamado para anular el servicio. En el fondo soy un blando.

En el aeropuerto me he encontrado con “el paquete”, pero “el paquete” en plan DHL, que a mi los otros ni fú ni fá. Nos hemos subido al avión y yo, como siempre, me he quedado dormido antes de despegar. Solo he abierto un ojo para hacer una señal a la azafata, una clara que quería decir: “Quiero que me traigas el Marca antes de que se agote y el croissant antes de que se ponga duro”. Psé, uno que ha jugado mucho al mus y tiene mucha expresividad en lo ojos…

Allí, en Almería, mangas de camisa, humedad y buen rollo. No ha habido mucha sorpresa cuando, en el despacho del visitado he visto una foto de Bisbal enmarcada y colgada de la pared donde podía haber estado la del Rey. ¡Éeto eé increíble! Triple tirabuzón con mortal carpado y patada de Bisbal.

Sopor máximo hasta la hora de comer, en la que he aprovechado que no tenía mucha responsabilidad en la visita para beberme 2 cañas, comerme medio cochinillo y tomarme un chupito de ron miel. Podría haber aprovechado aún más, pero no entono bien el Asturias Patria Querida y no quería quedar en mal lugar, que uno tiene una reputación que mantener, o eso cree.

Por la tarde no sé si ha pasado algo o no, porque yo he tenido suficiente con concentrarme en sacar decimales de PI para no golpear la mesa de reuniones y abrirla por la mitad de un cabezazo.

De vuelta a Madrid me he conectado a Internet y he pensado, ¡qué carajo!, ¿quién decía que no da de sí un día en el que no pasa nada?

Wednesday, April 20

de cremas, gazpachos y pistos



Yo era un enano más en mi urbanización de la sierra y jugaba con los mayores, que tenían 9 o 10 años, a eructar bien alto, quemar saltamontes con cerillas o pegar chinazos a botellas de cristal con nuestros tirachinas.

La madre de unos de los niños de la pandilla era representante-vendedora de Thermomix. A mi eso, por aquel entonces, me sonaba a gente que vivía en un pueblo galo que resistía tozudamente a que lo conquistasen los romanos, pero como a mi madre le dijeron con gracia lo de: “Con esto les preparo a mis hijos unas croquetas con las sobras del cocido, que se chupan los dedos”, pues ingresó como acólito nº1 en la secta de las cuchillas que trocean, pican y trituran.

La suerte estaba echada y a partir de entonces todo fueron granizados de limón, gazpachos bien fresquitos, y croquetas de jamón, pollo y huevo. Mis hermanos y yo podríamos haber llegado a los 50 con la dentadura prácticamente intacta si no hubiese sido porque, en cuanto salíamos de casa íbamos al kiosco de golosinas a comernos una bolsa de kikos, y chicles Boomer de 2 en 2 para que los músculos de la mandíbula no se nos atrofiasen.

Aunque pasaban los años y las cuchillas de la Thermomix perdían su filo, la fe de mi madre iba en aumento. Periódicamente iba a convenciones ocultistas que ella llamaba “cursos de cocina”, donde volvía con el espíritu henchido y la cabeza llena de ideas. Y como en cualquier secta de buena familia, en esta también le sacaban la pasta cada cierto tiempo para que se comprase el último modelo de la picacalientacuecepesa y es fácil de limpiar.

El aparato se ha convertido en su ojo y brazo derechos, hasta el punto en que amenaza con comprarnos una a cada hijo según salgamos escopetados de casa.

Pero cuando ya pensaba que tendría que disputarme la herencia con el hijo cabrón de Hal, el ordenador de Odisea 2001, ayer descuelgo el teléfono de casa: “¿Sí?; ¿Está la señora de la casa?” Y esa es mi madre, así que: “Mamá, teléfono; ¿Quién es?; No lo sé, Rappel está en La Granja”….

“¿Sí?....¡Ah, hola!... Sí, me va muy bien.... No, estoy muy contenta con ella.... No, muchas gracias, pero no.... Pues porque la he visto y es mucho más aparatosa y no me gusta.... Es que ES más fea.... ¡Bueno, señora, QUE NO, que mis hijos ya comen sólido!”.

“¿Quién era, mamá?; La de la Thermomix, que me quería vender el nuevo modelo; ¿Y qué ha pasado?; Que ya no pico”.

¿Sabíais que hace menos de una semana han puesto Eyes Wide Shut en la tele?

Tuesday, April 19

día nube


Ayer por la mañana el despertador sonó a eso de las 06:00 para recordarme que era lunes, que soy un esclavo más de mi empresa, y que no debía faltar a mi clase de inglés.

En un movimiento que ya tengo aprendido, descolgué el brazo hasta el suelo, cogí el mando de la cadena y la apagué para darme un respiro. Un centímetro más o menos a la hora de colocar el mando en el suelo la noche anterior, es crucial para evitar ataques de histeria/frustración bastante temibles para esas horas tan tempranas.

Cuando volví a mirar el despertador eran ya las 07:15 y las clases de inglés estaban ya más lejos que la colonización de Marte, así que me di otro respiro hasta las 07:45.

Finalmente me levanté, inicié la rutina de siempre, cascado como corresponde a un lunes, y cuando estaba ya listo para salir, poniéndome la corbata, ¡Ale hop! Un mareíto y redondo al sillón.

Todo me daba tantas vueltas que he extrañado no oír la musiquilla del organillo, ni ver pasar el caballito, el coche de policía, y el de bomberos.

Tras unos quince minutos sentado en el sillón, sudando como un cobrador del frac un 30 de agosto, me puse en pie, y me dirigí a la puerta de mi habitación como si fuese un tierno cervatillo recién nacido, de esos que sirven de pienso para los leones de La2.

Puse a Morrisey a cantar en mi ipod y eso parece que me dió fuerzas para llegar hasta la oficina. Una vez allí, y después de inyectarme una Coca Cola y un sandwich me fui viniendo arriba. Pero analizaré esos de los mareos, esta misma tarde me voy a por el Predictor.

Friday, April 15

estrés

Ayer leí en un periódico gratuito que llevaba un viajero en el Metro, que en Madrid el ritmo de vida nos está volviendo locos y que cada vez estamos más estresados y vivimos peor.

Me gustaría comentar esta noticia, ¡pero tengo tantas cosas que hacer!

Tuesday, April 12

APTM

No podía dejarlo pasar...

Hoy me he despertado con la noticia de que por fin voy a poder tener una vivienda propia, a un precio asequible y adaptada a mis necesidades. Porque por lo visto, 25 m2 es todo lo más que un joven como yo puede necesitar.

Inmediatamente después de escuchar la excelente noticia, me he frotado los ojos y me he pellizcado para asegurarme de que estaba bien despierto. Correcto: 25 m2 de ensueño, en los que preparar las fiestas con mis amigos, instalar mi colección de libros y CD’s, y si me animo, ¿por qué no?, tener un gato.

El proyecto en sí se llama APTM, acrónimo de apartamento (se ve que le han quitado letras porque no cabían), y es la solución imaginativa habitacional siguiendo el modelo “nórdico”, que se mire por donde se mire, son todo ventajas.

En invierno si hace frío, se enciende el ordenador para calentarnos; y en verano, si hace calor, se saca la Coca Cola de 2 litros de la nevera para enfriar el ambiente.

Las zonas comunes como los pasillos, lavaderos y trasteros, promueven las relaciones interpersonales. Así, se le puede gorronear la arielita al vecino; tomar prestada su ropa de invierno que haya guardado en el chiscón; o ligar con la vecina que haya tenido que salir al patio a fumar un cigarrillo para que su módulo habitacional no parezca la planta 21 del Windsor.

Se puede uno llevar la televisión vieja de casa de sus padres, que no tiene mando a distancia, porque tumbado en la cama podrá cambiar de canal con los dedos del pie.

Para amueblar la casa, se le puede robar al sobrino de 2 años la mesa y silla de dibujo. Ante nuestra presumible superioridad física, no le quedará otra.

Si se le ocurre a uno tener una familia, se sitia al vecino o se le hace una OPA hostil para echarle de casa. Con 50 m2 ya puede uno tener familia numerosa.... y gato.

Nota mental: En previsión del rotundo éxito de la idea, poner en marcha inmediatamente el proyecto de hotel japonés con alquiler de literas nicho con tele y ducha y todo que guardo en el cajón.

Eso sí, me sentiría un poco solo en un sitio tan amplio. ¿Se ofrece alguien a compartir piso? Conmigo y con mi gato, por supuesto.

Friday, April 8

la corbata

Esta mañana me he levantado tarde, como casi siempre, y apenas me ha dado tiempo a ducharme. Con un bostezo que ha durado todo el pasillo y con el que casi le muerdo la cabeza a mi hermano, he abierto un armario y he cogido la primera camisa que he encontrado, supongo que porque pienso que con un traje gris va casi todo.

El mismo nivel de despreocupación que he puesto en la elección de la camisa, lo he puesto de esmero en elegir la corbata.: “Mmmmmm, a ¿ver? Seda fina de gusanos comedores de hojas de moreras. ¡Esta vale! Ahora a abrocharse el último botón de la camisa, cerrar los ojos, y a hacer el mismo mecanismo que has perfeccionado a base de dejarte mil veces la corbata por debajo de la cola o por encima del ombligo.”

Abro los ojos, compruebo que las medidas son correctas y salgo a la calle con la mente aún apoyada sobre la almohada. Y a pesar de que me pongo a escuchar la canción más bailable que encuentro y no acabo moviendo las caderas camino del metro como si fuese un marchador olímpico, sí que me despejo un poco.

Luego, todo ha empezado en el trabajo cuando la chica más joven de la oficina, (bueno, hay otra más pequeña, pero esa ya nació madre), se arrancó con un “¿cuándo vas a jubilar esa corbata, que parece hecha con papel de regalo de los 80?”, al que siguió una nota mental: “Próximo regalo genial: la corbataenvueltarubik de venta exclusiva en El Corte Inglés. Si la desenvuelves te quedas sin corbata y va la basura; si no la desenvuelves lo que tienes es un trozo de seda con el mismo dibujo que el papel de las paredes de la casa de Cuéntame, y que también va indefectiblemente a la basura. Pero puedes echar el rato dándole vueltas a esto."

“¿Y mi regalo?” “Toma. ¿No lo vas a abrir? Te juro que es mejor que ponértelo en el cuello”. Ya me lo estoy imaginando, éxito total en el próximo día del padre.

A la hora de la comida ya me parecía que toda la gente que había en el restaurante se fijaba en mi corbata, y casi podría asegurar que se reían de ella, o de mí, o de ella, o… “¿Sabes qué te digo? Que paso de café. Larguémonos de este sitio de mirones”.

Para rematarlo, he quedado con Berlín a la salida del trabajo y me ha dicho, “Hoy te veo raro, nunca te había visto tan de rayas”; “Ya ves”* le he dicho.

(* = No bonita, tú nunca me habías visto tan rayado. ¿Nos vamos a casa que tengo que ver cómo queda la lámpara del salón conmigo colgando de esta puta corbata?)

Wednesday, April 6

espejismo


Hoy me he mirado en mi nuevo espejo y tenía una manzana mordida en la punta de la nariz, un bigotillo gracioso en el que se podía leer "ipod", y una perilla española que decía "20 Gb".

He guardado el espejo en el bolsillo con una sonrisa y una inyección al ego, mientras escuchaba Battleflag de Pigeonhed.

A la mierda Blancanieves, ¡con este espejito hasta yo estoy más bueno!

Reencuentros

Ayer me levanté sin saber si iba a dormir en Murcia, en Almería o en Madrid. Mi trabajo pide alma nómada, y yo soy más bien de espíritu sedentario, así que me he llevado un alegrón al enterarme de que no me tocaba viajar.

Tras una mañana bastante estándar, pensé que ya había pasado demasiado tiempo sin ir al restaurante japonés que queda cerca de la oficina y al que me llevó Dwalks para que aprendiese a comer con palillos, así que le propuse por correo un Nagoyismo, y tardó menos de medio en contestar que OK. Hoy el alumno ha superado al maestro, y mientras que él no recurra a los tramposos “palillos con truco” podré suplir la lentitud de mi mandíbula con la rapidez de mis dedos. Aunque también es cierto que, como él me recordó ayer, todavía me queda bastante para coger la mosca. Sifonazos de wasabi y lonchazos de jengibre son la seña de identidad de nuestros sushis y makis. Cool.

Un poco antes de salir a comer, también me llamó un reciente ex-compañero de trabajo para ver si tomábamos unas cañas al salir de la oficina. Un tío grande con el que he vivido grandes aunque cortas experiencias. Por supuesto acepté la invitación y a las 18:45 estaba degustando mi primera pinta de Foster’s. Estuvimos hablando un rato de trabajo y luego ya de nuestras cosas. Así, como quien no quiere la cosa, antes de las 20:30 ya habían pasado por el pub José Mª Fidalgo, el gigantesco representante sindical al que le abrieron la cabeza de un banderazo en una manifestación; el Wyoming, que de grande ha pasado a pequeño gracias a la televisión pública; y otro actor del que no recuerdo su nombre y que trabaja en una serie de Tele5 de las que no veo.

Luego, en el metro, me he encontrado una vieja compañera del gimnasio con la que tuve un rollo raro. Quedé cuatro veces con ella en las que la cosa fue de mal en peor. Se ve que sin el brillo del sudor en los músculos los dos somos menos atractivos. Eso y que su vida era un rollo insoportable, así que una vez mitigada la tensión sexual, no volvimos a vernos el pelo. Hoy no hemos hablado casi, mejor así, no me interesaba mucho volver a oír que el niño llora, que la abuela fuma y que el gato araña el sofá.

Ayer fue un día extraño y fuera de rutina. Me encantó que fuese así, pero no debo repetirlo a menudo, no sea que pierda su encanto.

Nota: Este post va dedicado a Berlín, que no le gustaba que le recibieran unas tetas suecas en mi blog.

Monday, April 4

¿Se confirma el mito de las suecas?



Pues bien _R_, se confirma. Allí hay mujeres de las que quitan el sentido con sólo mirarte con esos ojazos azules, decorados con destreza con un lápiz de ojos.

T., que está completamente enamorado de su novia sueca, extrapola ese amor a todo lo sueco. La ciudad, la comida, el carácter... No es sano, sobre todo porque le lleva a decir unas mentiras tan grandes como que las mujeres allí no se pintan, cuando lo hacen más que los vagones del metro; o que la gente es más civilizada, cuando las calles están llenas de porquería y la gente chilla más por las calles que a la salida de una discoteca de Benidorm.

También es cierto que la media de mujeres exuberantes no es tan alto como aquí se piensa. Allí hay montones de mujeres del montón, no nos engañemos, lo que pasa es que de vez en cuando se da una combinación genética extraordinaria, algo con más probabilidades que una alineación de planetas y nacen los ABBA, o una princesa sueca.

La moda femenina allí es terrible. Un 75% de las mujeres, y no exagero, viste camiseta de colores con unos vaqueros azules ajustados y unas botas negras por encima que llegan justo hasta la mitad del gemelo. Es triste ver el poco partido que sacan de esos cuerpos currados en gimnasios o en horas de bicicleta.

Aunque si bien ellas son bastante sosas a la hora de vestir, excepto por los escotes que les dan vidilla, ellos son mucho más originales. Allí no hay dos tipos que lleven el pelo igual, ni que vistan de la misma manera. La moda-caos se lleva al último extremo, siempre dentro del orden en el que el tío que está más bueno es quien puede vestir peor, claro.

En cuanto a mujeres guapas, gana Copenhague por 3 cuerpos de ventaja. A diferencia de Estocolmo, allí no vi mujeres feas, lo juro. Es como si tuviesen algún tipo de aberración social para eliminar de niños a las orejas de soplillo, narices aguileñas u ojos separados. Allí la teoría evolutiva pasa por el tamiz de la belleza, doy fe.

Aunque si se trata de ver hombres guapos, en esto no soy un experto, recomendaría Suecia. Cada uno que haga su elección, mientras, yo voy buscando vuelos baratos para Copenhague.