Tres eran, tres, como las mellizas, los cerditos y los tenores. Un día dejaron sus astrolabios y se fueron a ver el nacimiento de Jesús, acontecimiento que seguimos celebrando hoy, y le llevaron regalos, acto que celebraremos mañana.
Es costumbre no muy reciente que se les pidan cosas, y que en la medida en que hayamos sido más o menos cabrones con el prójimo, nos satisfagan en proporción inversa. Por ejemplo: que te pides una peli de DVD para entretenerte un viernes por la noche y has sido muy bueno: pues dentro de tus zapatos encontrarás, sin ninguna duda, Gladiator: violencia, acción, intriga y casi sexo, todo en una cuidadísima presentación del monstruoso Ridley Scott.
Si has sido medio bueno, Woody Allen, o Tarantino serán tu premio: risas inteligentes envolviendo absurdos insustanciales.
Si no has ayudado a la abuelita a cruzar la calle, alguna peli de Hugh Grant te servirá para pasar el rato.
Si has pateado al perro del vecino, el catálogo de pelis serie B de los 80 será el consultado por los Reyes... y reza para que no te toque Robocop 5.
Pero si has sido un auténtico hijo puta, ten por seguro que te vas a joder tragándote Krampak de principio a fin.
En fin, que hay que tener cuidado con lo que se pide, más cuanto más hayas cabreado a los demás, no vaya a ser que un portátil, y lo que te traigan sea esto.
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