Sunday, June 27

bodas 2

Hace calor. Son las 4 y media de la tarde y dentro de 20 minutos tengo que comenzar a prepararme para ir a la boda de un amigo. Sí, otra.

A pesar de lo que pueda parecer, me alegra que mis amigos se casen, pero les agradecería que no lo hiciesen todos a la vez. ¿Por qué no se les ha ocurrido casarse entre ellos? ¡Los gastos se reducirían a la mitad!

Resulta que el sueldo de trabajador por cuenta ajena no me da para mucho y este año ya he tenido que romper el cerdito en el que iba echando mis ahorros desde los 10 años. Le tenía mucho cariño.

Bueno, eso y que no consigo sacar dinero de las orejas de la gente. ¡Cómo odio al amigo de mi padre que de pequeño me robó todas las monedas de peseta y de duro que tenía dentro de la cabeza diciendo que hacía magia! Maldito ladrón. Él ahora vivirá en La Moraleja mientras yo no tengo ni para el metro.

Las bodas me recuerdan los anuncios de Mastercard:
- Gastos del viaje: 60 € (hoy nadie se casa donde vives)
- Gastos de vestuario: 45 € (media de gastos entre tintes y bodas en las que tienes que alquilar chaqué y otras en las que puedes ir con el traje de gala que te pones cuando hay reuniones de trabajo).
- Gastos de alojamiento y estancia: 80 € (y durmiendo en un sitio baratito, ¿eh?)
- Regalo para los novios: la voluntad, pero siempre algo más de lo que echas en el cestillo de la iglesia cuando vas a misa, o lo que gastas al mes en bastoncillos para las orejas.
- Ver cómo dos amigos se juran amor eterno: no tiene precio.

Varios: además siempre puede existir un costoso anexo a las facturas de las bodas: Multa si caes en la emboscada de la Guardia Civil que se a apostado a la vuelta de la primera curva a la salida del salón de bodas. Se estima en 600 €.

Ayer me dijo uno de los futuros casados: “Tengo una noticia para ti. No se si es buena o mala. Quiero que seas mi testigo, y tendrías que llevar chaqué”. “Bueno, - le dije – yo te saco de dudas: ES MALA”. No es que no me pareciese un honor que me nombrase su testigo, que me lo parece y lo es. Tampoco es que me sienta incómodo con un disfraz tan curioso. Pero es que, además de la pasta gansa que me voy a dejar en el alquiler, probablemente ir así vestido será la excusa perfecta de todas las solteras que vayan a la boda para hacer de mi la diana de sus bromas.

Aún así, me he prometido disfrutar también de ir con un chaqué alquilado. “Niño, no llores más. Toma, suénate los mocos con la manga de mi chaqueta”. “Ya me han vuelto a tirar media copa en los zapatos. Bueno, es igual, froto un poquito con la manga y vuelven a estar más brillantes que con cera Búfalo...” (el secreto está en los mocos del niño, no conviene olvidarlo). Las posibilidades son infinitas. Solo hay que dar rienda suelta a la imaginación.

2 comments:

dwalks said...

¿has dicho algo de solteras picaronas?...

alquila un chaqué para mi también, por favor.

would said...

He dicho algo de solteras.... picarón.