Ayer se celebró en Siroco la batalla de los solistas o como quiera que se traduzca The Battle of the Solo Artists, que es como Acuarela y Tanned Tin decidieron llamar a la reunión de Alasdair MacLean (The Clientele), Pepo Márquez (The Secret Society), y Darren Hayman (Hefner). Costaba 8 euros en puerta, lo mismo que una entrada de cine, y entre ver a 300 maricas muertas o a estos tres tipos amusculados, elegí lo último.
Empezó el señor MacLean, a quien no había escuchado cantar nunca y a quien no volveré a escuchar jamás. Podría decir de él que no transmitía ninguna emoción sentado en un taburete, tocando su guitarra acústica con la cabeza gacha, y manteniendo un único tono de voz durante más de cuarenta minutos, pero prefiero acusarle de despertar sentimientos suicidas.
Miraba alrededor de mí y no veía más que caras de gente abatida que había tenido un día de mierda en el trabajo, que habían discutido con sus jefes y sus novias, y que en lugar de estar en el gimnasio descargando adrenalina, estaban con una botella de cerveza en la mano escuchando al deprimente Alasdair y abocados al alcoholismo. Que se fuese pronto evitó la tragedia.
Le siguió Pepo, que tenía la fácil tarea de alborotar la sala. De la chistera sacó 3 pedales, 2 micros, una caja de ritmos, 2 guitarras, y una selección de canciones de su futuro disco, del viejo, y una versión del Papa Don’t Preach inquietante por lo travestida.
Pepo hizo lo posible porque sus canciones sonasen sólidas, llegando a cantar simultáneamente tres voces y mutando de solista a hombre orquesta. Al lado del patético Alasdair, Pepo parecía Eddie Murphy interpretando al personaje blanco, al negro, al guaperas, al chistoso, y a la gorda cantante de gospel.
Cerró la actuación Darren Hayman, un inglés desgarbado con aires de bufón. Empezó la actuación como se empiezan las presentaciones en los congresos, haciendo un par de cuchufletas para meterse a la audiencia en el bolsillo. Y lo logró. La gente comenzó a apretarse delante del escenario cantando The Hymn for The Alcohol que es, tristemente, una canción muy Alasdair.
Con trampas (se llevó al bajista con él), simpatía, y unas melodías sencillas consiguió que algunas caderas se contoneasen, pero sin llegar nunca a perder el control.
Podría resumirse la noche de ayer en que los conciertos de solistas tienden al tedio y al cantautorismo patético, pero que con suerte pueden llegar al rescate un par de superhombres que no necesitan ni espadas, ni escudos, ni haber nacido en Esparta para derrotar al malo.
PISTAS:
The Clientele. (Myspace)
The Secret Society. (Myspace)
Hefner. (Myspace Darren Hayman)
¡¡!! Portadas de los discos de Hefner (Casi todas Lichtenstianas y camisetables. Merece la pena echarles un vistazo )
5 comments:
Que sepas que te estás volviendo un moderno (de mierda)
tengo unas cuantas camisetas de heffner y molan mil.
Porque yo también soy un moderno (de mierda).
hala, pues ya nos contarás lo que vas a hacer el resto del mes con los siete euros que te quedan.
Más postear y menos cancanear...
escuche a hefner hace dos semanas en casa de una amiga, muy buenos!!!!
M. el proceso es irreversible. Seré un moderno de mierda o no seré. ¿Sabes dónde venden pantalones de pitillo baratos? Las Victoria sé dónde encontrarlas.
Borja, verás tú cómo los acabo estirando, hombre.
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